lunes, 26 de diciembre de 2022

Emociones Navideñas

 

Es curioso como cada año durante estas mismas fechas me voy poco a poco colocando mucho más amargado de lo que comúnmente suelo ser, mas agrio, más odioso, más tétrico y mucho más sombrío. El sentir como se acercan estas fechas y el mundo se va convirtiendo poco a poco en una agonía de hipocresía constante para con todo aquello que está a su alrededor, abrazos falsos y deseos que ni ellos mismos se creen en realidad. Falsificando una sonrisa que nunca antes y mucho menos jamás van a sentir en realidad por esa persona.

Estas mismas fechas traen a colación emociones y sentimientos que finjo todo un año que no existen y que no están en mi ser, pero que es irremediable no sentir cuando se acerca la fecha de navidad y las personas suelen pasarlo con sus respectivas familias. Viene a mi cabeza esos abrazos faltantes o el simple hecho de la imagen de un niño dormido en la puerta de su casa esperando a quien nunca iba a llegar y quien probablemente jamás pensó en llegar a abrazar un corazón ilusionado.

Justo por estas mismas épocas es cuando más miserable, poca cosa y por supuesto innecesario en la vida de los demás me suelo sentir. Y sé bien que todas esas emociones solo vienen de un corazón quebrado cuando aun era un ser inocente, es un hecho el hecho -valga la redundancia- de que los adultos solían hacer con nosotros lo que se les venia en gana y de cierta forma lo siguen haciendo ahora, con el famoso cuento de que les debemos la vida y que debemos estar agradecidos con ese “REGALO”. Les aseguro que mucho más de la mitad de la humanidad con el mayor de los gustos devolveríamos tan precario regalo. Ese no es el punto, el punto está en que las navidades dejaron de importar hace tanto tiempo que ya no veo la necesidad de compartir en familia o de compartir con alguna persona en realidad. Regresa esa sensación y ese estado de pensamiento que no soy necesario donde están los demás, solo soy algo muy reemplazable.

Hoy en día tengo la fortuna de estar rodeado de grandes personas y muy buenos amigos, eso no lo colocare en duda en ninguna circunstancia. Y aunque se bien que solo son momentos frustrantes de un faltante muy grande que fue un padre o por lo menos una persona mediamente decente en la vida de un hijo. Debo decir que muchos años después hablando con mi psicóloga fue que pude darle un nombre a ello. “Síndrome del abandono” fue ahí cuando ella logro darme de cierta forma una explicación a todo lo que estaba en mi cabeza, el porque no me sentía cómodo en momentos de compartir con otras personas o con mi propia familia. Solo era un objeto más ahí, que en cualquier momento podrían cambiar por cualquier cosa mucho más importante que él.

Hoy en día lo sigo sintiendo incluso cuando estoy con mis amigos, siento esa sensación de que no merezco estar ahí, que no valgo lo suficiente para que me este pasando eso y con esas personas. Suelo cuestionarme mucho todo el tiempo de cuando las personas se marcharán y si realmente soy algo. Sí, algo que realmente valga que alguien tenga. Deje de considerarme persona hace mucho tiempo y solo me dedique a ser un objeto de uso de todos para su necesidad y su conveniencia económica, física, sexual, momentánea. Como se quiera ver, solo era eso una necesidad instantánea y nada más, algo que cuando las personas encuentren otra cosa mucho más funcional solo me dejaran ahí, tirado y solo en la puerta de mi casa, dormido y esperando algo que no llegara.  Y no digo todo esto con el fin de hacer una victimización de lo que en su momento fue y es un trauma de un niño, quizás solo digo para mi mismo y para tratar de que ese niño que aun vive muy en el fondo pueda comprender y entender que no debe sentirse de esa manera, que no es algo, es alguien y por mucho irremplazable en la vida de muchos seres. Quizás solo lo digo como una forma de disculpa y de entendimiento. Lo más seguro es que no pase y solo siga siendo lo mismo de siempre.

Me sigo resguardando en el incognito de mi soledad, esa soledad que es justamente aquella amiga que de alguna manera siempre estará y que es quien nunca me abandonara. Me acostumbre a estar a solas, acompañado de una pizza o cualquier comida chatarra, una coca cola muy fría y las películas mas sangrientas que me pueda encontrar, de esas películas donde acribillan gente o los zombis van en búsqueda de un cerebro que comer, de ese asesino serial que va matando por simpe placer. Quizás siempre ha sido solo un resguardo de dolor fingiendo que de alguna manera esas victimas imaginarias de esos malos guiones de terror -seamos honestos, hoy en día no hacen buenas películas de miedo- podrían sentirse de la forma en que me siento esas noches, donde no quiero compartir con nadie y donde no tengo la valentía suficiente para llorar y para dejar fluir mis emociones, posiblemente y no lo hago por orgullo y no darle el gusto a ese ser que me dejo esperando en esa puerta fría, quizás lo hago por ego que vendría siendo lo mismo que por orgullo o sencillamente no tengo la mas remota idea de porque diablos lo estoy haciendo.

Lo más seguro es que por ahora y quien sabe por cuanto tiempo no voy a dejar de sentirme tan mal en estos días y tan innecesario, lo más probable es que aun por muchos años me siga viendo de forma molesta y engreído por estas fechas, solo con la intensión de no hacerle ver al mundo que solo soy un niño de siete años molesto porque nunca llegaron a darle ese abrazo que tanto esperaba. Quizás solo siempre seré el tío amargado que no soporta los niños y el tío que no soporta estar en familia, para no tener que fingir que todos le agradan y tener que darle la mano a personas que son innecesarias en la vida y que poco a poco cada día los voy sintiendo mucho más ausentes. O quizás solo seré ese ser humano que un día va a desaparecer de todos y nunca más se volverá a saber de él, de su vida o de su muerte. Me canse hace muchos años de fingir ese falso amor por personas que me resultan irrelevantes y solo me harte de ver como media humanidad finge amor cuando en realidad solo quiere ver la miseria en otros.

Justo y por estas fechas siempre me convierto en aquel que todo le molesta, todo le desagrada y que encuentra refugio en la compañía del licor y de la sangre ficticia de las malas películas de Hollywood. Pero, pero ahora agradezco a esas personas que llegan a la puerta de casa y me sacan a la fuerza para no permitir que mi hunda en un hueco de oscuridad y de miseria propia, donde mis propios pensamientos serán mis peores enemigos, agradezco a esos seres cansones que quiero como un perro quiere a su nueva pelota o como el niño quiere a su madre cuando la ve al despertar. Hoy sonrió un poco más, no dejo atrás las sensaciones que me generan estas fechas, no olvido lo triste y miserable que me he sentido durante muchos años, pero hoy también me permito vivir un poco más y gozármela un tantico más que antes e ignorando un poco esas malas emociones. Hoy estoy rodeado de personas tan nefastas como yo, tan traumadas como yo. Tan pendejas como yo y con tantos deseos de vivir y reír de verdad como yo.

  

domingo, 30 de octubre de 2022

Una Carta Al Aire

Le he encendido fuego a la lluvia, he pavimentado el océano, he camino los aires, he nadado en las profundidades de la tierra, he tenido el placer y la misma desgraciada de vivir y morir tantas veces que no logro recordar todas y cada una de ellas. Aun recuerdo las noches de gritos y desaliento en la madrugada. Aun recuerdo los días completos donde solo iba por los caminos del mundo con una botella de cerveza en la mano izquierda y en la derecha un cigarrillo tras otro. Estaban muchos preocupados por mi estabilidad mental y mi salud misma.

No logro comprender como logre sobrevivir a todos esos momentos, iba por el mundo con el corazón hecho pedazos y no precisamente porque sufro de él. Tenia tantas fracturas en mi alma que no era capaz de recordar la persona que veía día a día en el espejo. Perdí la fe en mi mismo y en mis talentos. Me convertí en aquello que justamente siempre había juzgado. Iba de cama en cama y sin ni siquiera conocer los nombres de algunos. No, no me siento orgulloso de ello, no me vanaglorio de ello, no hay un motivo para hacerlo.

Algunos de mis amigos estaban tan perdidos como yo en ese momento, no había fin de semana que no perdonáramos para ir de fiesta. Estaba en modo neutral, no había nada que me motivara. Había perdido todo sentido de vida y de ganas de alguna cosa. Estaba tan jodidamente llevado que creía que lo único que tenía para ofrecerle a otros iba ligado a mi bolsillo y mi cuerpo. “VENID TODOS Y TOMAD LO QUE QUERAIS” no había mucho que hacer, iba caminando sin tener un rumbo, discusiones, licor, cigarrillos, una nube negra en mi mente. Me deje nublar por una falsa rabia a otros cuando el único culpable no era más que yo mismo.

Iba en el camino cuestionándome el porque no era suficiente para otros, sin ser capaz de ver que no lo era ni siquiera para mi mismo. Deje ir amigos que creía que serían eternos, tome elecciones de las cuales hoy en día me cuestiono. No me arrepiento, puesto que era lo que en su momento creía correcto. Pero las cuestiono de tal manera que algunas veces voy con el: “¿Qué habría sido sí…? no sé qué tan culpable soy yo de las malas decisiones que otros tomaron. No sé de qué forma, pero de que tuve influencia estoy seguro de que sí. Aun recuerdo con vehemencia aquel mayo tan cruel donde en medio de una vía termine vomitando todos mis pecados. Cuando estaba en un viaje tan astral que perdí conciencia de donde estaba y con quienes.

Algunas veces muchas personas me han dicho que hay una misión muy grande en el mundo para mí, pues haber sobrevivido a cada una de las acciones que me han llevado a ver el final no esta escrito. Me he cuestionado tantas veces eso. ¿A caso todos tenemos que tener una misión en la vida para estar con vida? Me he cuestionado los talentos que creo que tengo y que me han dicho tener. Me he cuestionado mi intelecto, me he cuestionado mi vida, me he cuestionado mi pasado, mi presente y mi futuro. Me he cuestionado desde la forma en que pase el quinto año a la forma en que vivo hoy en día. Tengo claro que mucho de eso se debe a los grandes traumas con los he crecido en este mundo y con las falencias que se llegaron a tener durante el tiempo de crianza.

No se trata de buscar culpables, después de todo no se puede hacer nada sobre lo ocurrido ya. Y no queda más que continuar con la vida y trabajar en cada una de aquellas circunstancias que no nos permiten ser tan buenos o tan merecedores de algunos aspectos. Una buena amiga me hablaba del síndrome del impostor, por nuestra gran forma de lograr poner en duda cada uno de nuestros triunfos o el mecanismo tan sutil que podemos tener para desmeritarlo de muchas maneras. Quizás todo lo que vengo diciendo aquí no tiene mucha coherencia o lógica. Realmente ni siquiera logro comprender cual es el punto después de todo.

Recuerdo aquel chico de hace unos años que no caminaba, sino que levitaba por las calles, bebiendo desde que despertaba hasta que se iba a dormir. Donde lo único que pensaba era en prender otro cigarrillo o encontrar algo que lo sacara por un momento fuera de su presente. He vivido amores en los cuales he sido una basura, he vivido amores donde me han tratado como una basura, he vivido amores tan hermosos que sencillamente no son. He vivido momentos de la vida en que el mundo solo me deja ahí amando cada momento. Existen cicatrices que están tan marcadas en el alma que es casi imposible no pasar la mano y no sentir dolor. Hay recuerdos que por más que quisiera no podré borrar, hay besos que ya nunca volveré a sentir y otros tantos que nunca lograre recordar. Hay abrazos que llevaré marcados en la piel. Hay personas que, aunque ya no están no hay un día en el cual no los tenga presente en mi cabeza, hay amigos que me han salvado sin siquiera saberlo.

Hay amores que aun no llegan, hay historias que estoy ansioso de vivirlas, hay poemas que quiero escribir y canciones que quiero cantar al oído. Hay botellas de vino que no he destapado con aquellas que amo, hay abrazos que no he dado, hay lugares que aun no conozco y amigos que aun no descubro. Hay momentos de la vida que están por venir. Aun trabajo en ser la mejor versión de mí mismo, hay cosas por las cuales aun no me pido perdón, hay mil y un momentos que están por escribirse. Quizás el pasado ya no se pueda cambiar, quizás lo que ya ha sucedido no se pueda hacer nada ante ello, más que contar la experiencia y tenerlo claro para que no vuelva a pasar o por lo menos evitarlo en lo posible. El presente es tan complejo que es una batalla de día a día, que aún me pregunto cómo es que he sobrevivido a cada cosa y como lo seguiré haciendo. El presente es solo un segundo en el tiempo, un segundo que nos puede cambiar la vida de muchas formas y en el momento menos esperado. El futuro, aunque nunca llega y solo es la fantasía de lo que queremos llegar a ser en algún momento en nuestro presente, es la instancia correcta para vernos de una buena forma y con un buen ideal. Y es justamente ello lo que de cierta forma escribimos para ser mejor de lo que alguna vez llegamos a ser, nada nos asegura que no volveremos a cometer errores o que no nos caeremos nuevamente con antiguas piedras. El futuro, el futuro esperemos que sea excelente para todos y cada uno de nosotros, con ansias esperemos todo eso que aún no llega, que las puertas siempre estarán abiertas.

viernes, 14 de octubre de 2022

Con Aguja e' Hilo


“Con Aguja e’ Hilo”

 

¿Quién soy? ¿De donde vengo? ¿Cómo he llegado a donde estoy?  ¿Cuál es la historia? Aunque en esta ocasión no hablare tan directamente de mí, pues lo haré de alguna forma y pues no es secreto que me encanta ser el centro de atención. Pero, empecemos…

Soy el hijo de una costurera, soy el hermano de un amante de las motos, soy el nieto de una mujer que plancha ropa en casas ajenas, el sobrino de un par de desastres y de alguien que ayuda en el mundo de la medicina. Vengo, de abajo de conocer las luchas de una mujer que ladrillo a ladrillo tuvo que construir su casa, vengo de las vestiduras de una familia llena de mujeres luchadoras y berracas que no se dejaron vencer en un mundo machista. Vengo de las enaguas de mi abuela, que tuvo la valentía de correr de un pueblo a hacer una vida sola con cuatro niños. Vengo de la berraquera de una mujer que siempre quiso estudiar medicina, pero que las necesidades y falencias de su tiempo no se lo permitieron, de una mujer amante de los números y loca por las telas. Llegue a donde estoy, a punta de arroz con huevo y aguapanela, a punta de comida llena de amor. Llegue aquí gracias a la lucha de personas que entendieron que no querían que los chiquitos de la casa pasaran lo que quizás en algún momento les toco pasar. Venga de donde no había un papá, pero la vida nos bendijo con tres madres.

Una que nos daba gusto en los caprichos y antojos, esa abuela histriónica que cuando decíamos que no queríamos algo, iba corriendo a la tienda a hacernos algo más de comer; para que los niños no pasaran hambre, la mujer que nos atravesó por Colombia solo porque quería pasar unas vacaciones con sus nietos. La segunda, que nos apoyo con aquello que a veces parecía poco probable de conseguir, aquella que nunca le falto un consejo o que tal vez siempre estuvo para darnos un empujón y una palabra de apoyo, aquella amante de la navidad y de las fiestas, de hacer la cena de fin de año y llenarnos de obsequios en medida de lo posible. Y, por último, aquella que con muchos sacrificios hizo de dos niños dos hombres de bien, aquella que nunca necesito que un idiota llegará borracho a casa y tener que aguantarlo, para tener un plato de comida en su mesa. Aquella mujer que dijo un día que tendría dos hijos; uno a los veinticinco y otro antes de los treinta. Y dicho y hecho tal cual fue, quizás el ultimo se adelanto en los planes un poco, pero ahí está.

Aquella mujer que en algún momento trabajaba en distintas librerías y como secretaría, pero que se canso de que su “cabezón” le llamará mamá a la señora que lo cuidaba, aquella señora que se aburrió del hecho de irse a trabajar y dejarlo dormido y cuando llegaba también dormía. Fue tanto así, que encontró en medio de telas, hilos y agujas la forma de estar en casa y poder compartir con su cría. Luego llegó el segundo y la historia ya era distinta -sí, el segundo y bebé de mamá soy yo- dedico su vida a tomar medidas, hacer moldes, diseñar vestidos y cortar telas, sentarse horas y horas en una maquina de coser para que las vecinas tuvieran que ponerse, quien causo la sensación en su trabajo de grado diseñando un traje para una muñeca.

¿Por qué para una muñeca? Simple, en la temática de grado tenía que diseñar y hacer un traje de novia. Donde lo luciera o no sé que tanto -hablo de lo que siempre he escuchado- y todas sus compañeras llegaron a presentar sus trajes luciéndolos ellas mismas, pues eran trajes de gala, de oficina y quien sabe que más. Pero esta mujer, estaba en no sé que mes de embarazo por lo cual se le dificultaba mucho llegar con un vestido de novia y lucir dicho vestido tal como lo quería hacer con su gran pansa. Así que simple, resolvió. Lo hizo a escala para la muñeca más grande que tenía su sobrina. Y henos aquí, treinta años después sigue haciendo trajes, vestidos y mucho más. Y no sé si por hacerle honra al acto de su grado, pero siempre que debe hacer un traje de novia, de unos quinces o de primera comunión, hace uno exactamente igual para una barbie y es el obsequio que le hace a la homenajeada.

Bueno, ya con un poco de contexto paso a hacer referencia del porque la metáfora y a que vengo con toda esta parafernalia que vengo echando hace un rato. Durante los tantos años de vida y en que empezamos a hacernos más adultos y tener mayor claridad en todo lo que va siendo nuestra vida, lo cual va siendo nuestros principios e ideologías, vamos tomando posturas en el camino. Y en mi caso, todo eso que ya mencioné, chocaba un poco en casa, era por decirlo de alguna manera la famosa “oveja negra” aquella que iba contra todo aquello que ahí se creía, la religión, la política, mi orientación sexual, el apoyo al aborto, a muchas causas de la vida.

Pues, en este caso la señora doña mamá y yo, empezamos a chocar en muchos aspectos. En muchas cosas, en diferentes formas y causas. Y para su des fortuna tenemos el mismo genio de porquería. A tal punto que podíamos pasar tiempo sin hablarnos solo por no bajar la guardia y darle el gusto al otro. Porque lo chuchas viene desde casa, si señores. Pero, cuando durante el paso de los años y en toma de decisiones empecé a estrellarme en el mundo, cuando el mundo se caía a pedazos y todo parecía perdido. Llegaba la señora doña mamá con su aguja e’ hilo a armarme de nuevo, cual colcha de retazos. Tomará el tiempo que tomará, siempre venía y me armaba de nuevo y me lanzaba al mundo.

 Siempre con la constate de: “No te quedes nunca con la duda, que no llegue el día que tengas que preguntarte ¿Qué habría sido sí...?” muchas veces el mundo se vino abajo, yo me vine abajo y todo parecía perdido. Alguna vez, en un acto que parecía que se había acabado el mundo, que pareciese que no habría un mañana después y cuando la ansiedad, la depresión y las ganas de dejarlo todo tirado aparecieron de una forma tan brutal en el camino, cuando en medio de lagrimas y sollozos tirados en el piso de casa. Donde aquí el señor solo hacía que pedirle perdón a sus tres madres por los errores y horrores que había cometido, solo hubo un abrazo y un “DE ESTA SALIMOS, NO ESTAS SOLO” llego la señora abuela y con una sopita me hizo saber que estaría siempre para mí, la señora tía y con el mejor consejo del mundo: “El toro se coge por los cachos” y llego la señora doña mamá, con aguja e’ hilo… empezó a buscar parte por parte cada uno de los trozos de pedazo que había dejado en el camino, empezó a coserme de tal forma que pudiera volver a ser yo.

Con aquella aguja que siempre se le dificulta enhebrar, con el hilo exacto para que no se notaran las costuras, con paciencia y sin dedal. Empezó a organizar cada una de las partes, empezó a tejer sobre lo que estaba tan roto. No sé cuanto tiempo demoro, no sé cuanto le costo y mucho menos alcanzo a imaginarme cuantas lagrimas derramo volviéndome a coser. Armándose de valor para afrontar el mundo por mí, en lo que volvía a tener la valentía de hacerlo por mi mismo.  Se lo he dicho muchas veces y nunca serán suficientes, pero ¡GRACIAS! Gracias por no rendirte, por adaptarte para amarme, con mis fallas y errores. Con las contradicciones de ser quien soy y como soy. Gracias por siempre estar lista con tu aguja y con tu hilo para armarme nuevamente.

Gracias a la vida, no me diste un padre, al menos no uno funcional. Pero me brindaste la fortuna de no necesitarlo nunca. Pues tuve a mi lado tres mujeres increíblemente maravillosas y fantásticas, tan diferentes y distintas la una de la otra. Pero tres mujeres que fueron papá, mamá, abuela, tía, madre, protectora, medico, luchadora, guerrera, consejera y todos los términos que sean necesarios para enaltecer la grandeza de venir de ustedes. Que, con orgullo y gracia, siempre procuro llevar en alto el nombre vuestro.

Con aguja e’ hilo, seguiremos afrontando el mundo cuantas veces más sea necesario.


-Un Escritor Roto


sábado, 1 de octubre de 2022

Un Amor No Destinado

Algunos amores, sencillamente no están destinados a permanecer juntos por el resto de la vida. Muchas veces conocemos a quien es el “Amor” y nos lleva a ese mundo sinusal de emociones, que nos tienen en un constante sube y baja de sensaciones. Y amamos con tanta locura y precisión. Nos inundamos en un océano tan mágico y lleno de felicidad que solo buscamos la forma o el mecanismo de que ese amor, tan puro y hermoso sea eterno. Y no logramos comprender que de la misma forma en que la vida se termina, un lindo amor se puede ir también, y no porque se acabe el amor. Creo que ese amor mágico y maravilloso realmente nunca se termina; solo y simplemente se acaba el momento del tiempo que se debe de quedar en nuestras vidas.

Todos nos hemos enamorado de tal forma que nos hemos perdido en el tiempo de muchas formas, en besos, caricias, abrazos, miradas, cenas, romanticismo de una manera tan letárgica. Que solo vamos ahí navegando sin un rumbo alguno, solo nos perdimos en las sensaciones que aquella persona nos hace sentir. Y sí, no hay ningún otro tipo de amor que nos haga sentir de esa forma.

Tenemos el privilegio de conocer el amor en muchas formas y direcciones, desde el amor de una madre o un padre, el amor de un abuelo, el amor de hermanos (para quienes tenemos hermanos), amor de amigos, amor de la vida. Pero, ese amor es tan surreal que llegamos incluso a considerar que ni siquiera lo merecemos.

Nos amamos con tanta locura, con tanto desenfreno y tanta pasión. Que tal vez se vuelve tan intenso que solo se va quedando sin energía y llega un punto donde nos seguimos amando de tal manera, pero que ya no encontramos la forma de continuarlo y de hacerlo vivir en la maravilla de la vida. Admiro a todos aquellos que tienen el privilegio de encontrar en la misma persona el amor de la vida y el amor de su vida. Muchos de nosotros, solo nos encontramos el amor de nuestra vida y justamente cuando se marcha o nos marchamos para no terminar odiándonos. Nos la pasamos navegando en un océano oscuro para hallar nuevamente un amor que por lo menos se le asemeje. Y se bien lo mal que esta tratar de encontrar en alguien más lo que alguna vez tuvimos. Y es sencillamente por el hecho de no saber comprender que es un amor tan puro y verdadero que no está destinado a que lo vivamos juntos, solo en la lejanía del otro. Vamos por el mundo buscando sencillamente encontrar de nuevo el amor para nuestras vidas.

Nos encontraremos tantos amores en el camino del destino. Muchos serán hermosos, otros tantos serán nocivos y muchos solamente serán inocentes. Algunas veces será un amor de verano, otros llegan a ser simplemente un amor de días -algo que me resulta curioso- no nos neguemos a enamorarnos nuevamente en la vida, por estar buscando en otro lo que ya tuvimos en alguien. He leído en muchas ocasiones una frase, que cada que lo pienso encuentro más y más realidad en ella misma: “Nunca encontramos a la misma persona dos veces, ni tan siquiera en la misma persona.”

Nos encontramos, nos amamos, estuvimos el tiempo que era necesario, te marchaste y me marche. Quizás lo dejamos marchitar de alguna forma, por la misma intensidad de ese amor. Si el día de mañana lo vemos por las calles tomado de la mano de alguien más, no queda de otra que desearle la felicidad absoluta, el amor que se merece, la gloria que la vida le debe, la pasión que todos queremos y esperamos. Para no ir lejos, pondré como ejemplo un amor crudo y triste, pero hermoso. Aquellos que aman con tanta locura, pero que por algún azar de la vida uno de los dos termina muriendo, le siguen amando con locura, con tanto calor, lo llevaran marcado en su piel. En su corazón, en sus pensamientos, en la vida, en sus oraciones, lo llevaran de una forma tan permanente, pero no se negarán a la posibilidad de seguir amando en otro momento del camino, sin olvidar ese amor que ya no está, se le seguirá amando con desenfreno en la memoria, y se hablara con delicadeza y dulzura a otros amores, no comparándolo ni tampoco esperando que sean o se comporten de esa manera. Se encontrarán otro amor que los amara con tanta locura, que sin olvidar el pasado. Amaran con desenfreno puro.

No digo de tal manera que vivamos esos amores que no están destinados a estar juntos como si hubiesen muerto, pero de alguna manera si lo digo. Es paradójico e irónico. Lo sé bien, pero comprendamos que sencillamente son amores que no están destinados a permanecer la vida a nuestro lado. Quizás en un futuro nos volvamos a encontrar con ellos y nos volvamos a amar en el momento correcto he indicado, como debió ser en el principio. Como es posible que sencillamente eso no suceda y solo debamos verle y darle un “Hola. ¿Cómo estás?” tan caluroso y amoroso que no lo llegamos a imaginar de ninguna forma. Amemos cuantas veces se nos presente en el camino, amemos con pasión y con locura, amemos con sueño e imaginación, amemos con libertad y permitiendo que el otro abra sus alas tan grandes como quiera llegar, permitamos que cumplan sus sueños o metas como siempre lo han querido. Ya sea con nosotros o con alguien más e incluso que lo hagan en soledad. No busquemos en otros el amor que ya tuvimos, porque cada uno de nosotros tenemos una forma distinta de amar y de querer. Y de una buena vez por todas solo comprendamos que es un amor que no esta destinado a estar a nuestro lado.

 

Si te veo en el camino, te abrazaré en la distancia, te deseare lo mejor del mundo y solo seguiré mi destino. Si te veo en las calles, no me cruzaré de cera para no verte, te seguiré amando como siempre, pero las puertas siempre estarán abiertas para un nuevo gran amor en mi vida. Quien quita y sea el amor para mi vida.

Con amor y mis mejores deseos…

Un Escritor Roto

viernes, 23 de septiembre de 2022

¿Crecer?

 ...

“Aunque parezca eterna, aunque se sienta que nunca se ira, aunque creas que no saldrás de ahí, aunque no comprendas porque estás en ese lugar. No le tengas miedo a la tristeza y mucho menos a esa sensación de soledad. Ámalas como deseas que te amen alguna vez y déjate llevar; pronto estarás de pie y sonriendo a carcajadas.”

...

¿Crecer?

Ahora estoy más cerca de los treinta que de los veinte, ahora cada día soy un poco más adulto que antes. Hoy por hoy puedo comprender mucho mejor las decisiones que no entendía cuando era niño. Hoy en día comprendo a mamá, a mi abu, hoy comprendo que ser adulto es un fiasco. No planeo romantizar el hecho de que esto de crecer se siente horrible, a medida que vamos adquiriendo nuevas responsabilidades y obligaciones nos vamos quedando poco a poco sin ganas de vivir. O de tan siquiera tan simple como gozar nuestra vida, perdemos ese sentido de aventura que teníamos hace un par de años.

Estoy hablando como si ya fuese la persona más adulta y el señor más señor del mundo. No sé si debido a todas las tormentas que hay en mi cabeza día a día o por las batallas de cada mañana para ponerme en pie y salir de cama, mi cuerpo y mi mente estén tan cansadas de continuar esta lucha y cada día sienten que es una nueva batalla. Y es que realmente si lo es, todos los días hay una nueva guerra con la cual luchar.

En los últimos meses particularmente, vengo luchando con un sinfín de emociones en mi cabeza y por supuesto que en lo más profundo de mi pecho. He dejado atrás una de las relaciones que creía sería para toda la vida, he peleado con mi salud y la de muchas personas que amo y son importantes para mí. Muchos de mis trastornos se están haciendo notar nuevamente. Me siento un poco más cansado día a día, donde ese cansancio se está llevando mis ganas de vivir y de pelear por algo. He fortalecido viejos amigos y he hecho unos cuantos nuevos, eso me ha devuelto un poco de realidad y de frescura a mi vida, he vuelto a arriesgarme en algunas cosas. Pero, esa sensación de vida solo tiende a durar unas cuantas horas, solo hasta que vaya a la cama y empiecen las tormentas nuevamente.

No negaré el hecho de que por primera vez en mucho tiempo estoy peleando con ganas, para no dejarme ganar por aquellos fantasmas que tienden a abarcarse en mi cabeza y en los pensamientos más profundos de mi ser. A medida que voy creciendo más y más voy encontrando menos sentido a esto que le llamamos vida. Personalmente siempre he peleado contra el mundo y no me refiero a lo que sucede en mi mundo; sino en general. “Injusticia” “Maltrato” “Abusos” “Violaciones” “Guerra” “Violencia” “Animales sacrificados” son tantas las cosas del mundo en su totalidad con las que no estoy de acuerdo, que peleo contantemente contra ello. De hecho, hace un buen tiempo hablándolo con mi terapeuta decíamos -como si yo pudiese diagnosticarme- que justamente de ahí nació por primera vez mi depresión; puesto que en mi cabeza no había cavidad para la maldad del ser humano y pueden pasar mil años y sigo sin comprenderlo. Y a medida que me voy haciendo más adulto, sigo sin entender el porque el ser humano es malo con todo lo que es bueno.

Luego están otras acciones de mi vida misma que contribuyeron a esa tristeza constante con la que vivo a diario; de hecho, hace unos cuantos meses alguien quien era y es muy importante para mí, me pregunto: “¿Cómo te sientes siempre? A lo que mi respuesta simplemente fue “Triste, todos los días me siento triste, no todo el día. Pero si todos los días” y aunque invalido mi respuesta y mi sentir, logre entender que para muchas personas es complejo comprender que la tristeza permanente existe. Y que nos lleva a cuestionarnos muchas cosas.

Un ejemplo de ello es mi agnosticismo… ¿Por qué? Simple, recuerdo muy bien que hace muchos años, tendría yo unos catorce o quince años más o menos, ocurrió un accidente en Bogotá D.C (realmente no recuerdo si fue ahí o sus alrededores, pero lo pondré de punto de referencia) donde un bus escolar con dieciséis NIÑOS que iban abordó, murieron calcinados. Lo cual es una de las muertes más dolorosas y traumantes no solo para el occiso sino también para sus familias. Y empecé a cuestionarme por qué si “Dios” como figura de bondad y benevolente de la vida era tan bueno, permitió que lo que en teoría son las figuras de inocencia ante la sociedad y todas esas cosas, permitió que su muerte fuera tan excesivamente grotesca. No me cuestionaba el hecho de su muerte, hay personas que al ser adultos se vuelven malos seres humanos y al crecer son una… bazofia (?) humana. Solo me cuestionaba por qué de tan cruel manera. También por la misma época -según mi memoria- sucedió el caso del niño Santiago, el cual fue victima de tantas atrocidades gracias a su padre y la que creo era su amante o su madrastra.

En base a este tipo de actos y muchos otros que se ven día a día no solo en Colombia sino alrededor del mundo, el hecho de ver como el universo aun juzga a todos aquellos que amamos y nos enamoramos de personas de nuestro mismo sexo o porque muchas otras gritan al cielo que están en el cuerpo equivocado. Ver como mujeres mueren en manos de sus conyugues por el simple hecho de ser mujeres y tantas cosas más. Todo eso ha ayudado en gran parte a mi tristeza permanente, a mi dolor eterno.

También hay que sumarle a todo esto, los problemas emocionales que se van volviendo cotidianos con el hecho de ir creciendo y haciéndonos adultos, los problemas emocionales de pareja, de amigos, de familia, de conocidos, de los animales y de todo aquello que nos importa. El ir creciendo se me ha hecho el acto más grande de valentía, el acto de amor propio más fuerte y el riesgo más grande que he podido tomar. Estar en manos de una persona tan irresponsable como lo soy yo mismo, ver como muchos de los que amo se van yendo o marchitando con el tiempo, ver que cada cosa tiene una causa y un efecto. Sentir como tantas veces nos rompen el corazón y como tantas veces lo hacemos nosotros a otras personas. Ser testigos del dolor en otros seres que están cerca a nosotros.

Muchas personas dicen que el suicidio es valentía, la valentía de parar con algo que no se quiere más en si mismo o para su vida. En muchas ocasiones yo lo he tenido como opción y mentiría si dijera que nunca lo he intentado o que no espero con ansias aquella idea de la sociedad del descanso eterno. Pero, actualmente el acto de crecer, madurar y ser adultos responsables. Se me hace el acto de valentía más grande del mundo, lo vamos haciendo con nuestra amiga la tristeza, con la soledad, con la penumbra, con miedo, con gallardía, con poca elocuencia, algunas veces con amigos y otras tantas solo en totalidad. Crecer, crecer en el mundo actual, con las guerras, con la violencia, con un mundo que arde en el dolor y la sangre de inocentes marcando las calles de nuestras tierras. Es y por mucho, un acto de VALENTIA.

...

“Por densa que sea, la niebla siempre tiende a desaparecer, la lluvia se detiene, el sol se asoma y la luna brilla. Nunca nada es tan eterno como lo creemos.”

...

viernes, 19 de agosto de 2022

Entre Fantasmas & Realidades

 

...


Después de muchos meses de ausencia y de haber perdido el hilo. He decidido que era necesario volver a consultar mi psicóloga, de regresar a terapia y hacer lo necesario para no continuar perdiéndome en este océano de emociones, y hemos hablado de todos aquellos fantasmas que siguen abarcando el presente. Lo cual me lleva a cuestionarme el como somos capaces de permitir que terceros nos destrocen de tan cruel manera.

¿A qué viene todo esto? Simple, quizás para algunas personas que no me conocen o por lo general creo que solo lo saben las personas más cercanas a mí. Siempre he tenido problemas alimenticios, de llevar todo a los extremos y no controlar mi mecanismo de alimentar mi cuerpo. Llamémoslo por su nombre, “Trastornos alimenticios.” Y hace alrededor de un año o poco más, debido a un ataque de pánico mientras me daba una ducha e imágenes que vinieron a mi mente, las cuales no son necesarias mencionar. También se descubrió que sufría de dismorfia corporal. Lo cual para ser honesto no tenía ni la más remota idea de lo que eso era. Lo cual en pocas palabras son complejos con algunos aspectos físicos y demás cosas.

Toda esta precuela de problemas mentales y demás chachara tiene un porqué, lo aseguro. Durante esta última terapia pues también volvimos al mismo punto, que no había mejor mecanismo para mí, que escribir para dejar ir muchas emociones. Muchas de esas las dejo solo para mí y otras tantas (como está) las comparto con más personas o las coloco justamente aquí en este blog. Diría yo, que es porque siento que de alguna manera eso le puede ayudar a otros o quizás solo es un ataque de ego para sentir que tengo su atención sobre mí. El punto esta en lo siguiente.

Hace algunos ayeres, cuando mentalmente estaba un más acabado de lo que estoy ahora, donde me había perdido en el camino de las adicciones y de no saber que hacer con lo poco que tenía en mi vida, solía meterme en lugares y con personas que realmente no atribuían nada para conmigo, sino todo lo contrario. Terminaban por destruir y acabar con lo poco que había, diría que estaba construyendo, pero realmente no estaba haciendo ello, solo destruía más y más con cada decisión y cada actuar. Llego un punto de mi vida, donde la persona que se supone que amaba y me amaba me recalco de tantas formas que no era suficiente para él, para mí y mucho menos para cualquier persona. Qué, debía de estar agradecido con el hecho de que él haya tenido la “CARIDAD” de fijarse en mí.

Me comí tanto ese cuento y fue un desgaste mental tan grande, que realmente sentía agradecimiento por el hecho de que él estaba conmigo, estaba tan destruido de tantas formas que no esperaba el amor que merecía, sino que rogaba por las sobras de amor de alguien que no era más que otro niño con ínfulas de adulto grande, con sus propios rayes y lo que sea. Iba por la vida buscando quizás llenar aquellos vacíos emocionales que uno va llevando durante su vida, desde aquel chino de siete (7) años, al hombre que era en ese momento de tan solo veinte (20).

 No es que hoy en día este muy adulto, estoy a la puerta de cumplir veintisiete (27) años y siguen nadando en mi mente las palabras que otros me dijeron. Algunos quizás lo dijeron con la finalidad de que el cambio fuese distinto o con el fin de hacer que hiciera algo para que la destrucción se detuviera. Pero mi mente lo tomaba como lo contrario. Seguía yendo al baño después de cada comida, solo con la finalidad de vomitarla. Me seguía perdiendo en las gotas del alcohol y de muchas otras sustancias que realmente no veo la necesidad de volver a mencionar.

Tenía la penosa necesidad de cumplir aquello que otros querían de mí, todos venían y decían:

-         “Carlo, estas muy delgado”

-         “Carlo, te ves muy bien”

-         “No comas eso, que te engorda”

Y por supuesto, no podía faltar…

-         “Usted no se ha visto en un espejo, compárese conmigo. Míreme y luego mírese, usted no es nada. Estas gordo y acabado”

-         “Qué vergüenza que me vean con usted. Yo soy mucho para usted, agradezca…”

En aquel entonces, que me dijeran o recalcaran el hecho de estar delgado, era el mayor honor. Siempre que veía al espejo, solo veía la imagen de un tipo gordo y grasoso, donde la grasa y el acné brotaban dentro de los mismos. Pero no me daba por enterado, que como diría “doña mamá” estaba parado en las físicas ganas de vivir.

Justamente cuando por fin decidí que era momento y que valía un poquito más de lo que yo creía y de lo me hicieron creer; partí de ahí. Me fui tan lejos, que jamás regrese y espero jamás hacerlo. Termine de acabar con aquello que había en ese momento, con la finalidad de construir algo mucho mejor. Lo cual, a mi parecer, es la mejor versión de mí. Y estoy segurísimo de que para muchos que vienen desde esa época, también lo es.  

No quiero culpar a alguien por las decisiones que tome, no puedo negar el hecho de que contribuyo demasiado a la destrucción mental. Hoy por hoy, menciono todo esto con el hecho de decirle a ese chico de veinte (20) años que no importa cuantas veces lloramos a oscuras, que no importa las veces que nos laceremos, que no importa todo lo que paso. No tenías culpa alguna, pero pagaste los daños de otros. No tenías un porqué; el hecho fue que paso y ahora puedes ser fiel testigo que todo puede cambiar, que podemos ser mejores seres humanos, mejores hijos, amigos, humanos.

Hablaba con la loquera; digo con la psicóloga que no es un trabajo sencillo, que me había cuestionado muchas veces el porque esos fantasmas no se iban pronto. Lo cual me hizo comprender y entender, que son fantasmas que siempre estarán con nosotros solo, que aprendemos a vivir con ellos.

Sin ser más y sin joder más, hasta una próxima aparición de mi querido viejo amigo… 

Un escritor roto.


...



miércoles, 20 de julio de 2022

A mi antiguo yo...

 Querido viejo amigo, hemos vuelto a un lugar donde creíamos que no estaríamos de nuevo. Pero, ahora hay una gran diferencia en este espacio y estas emociones. Ahora eres un poco más maduro que hace unos años, ahora no permites que el mundo se venga abajo. Nos arriesgamos un poco más y nos atrevemos a vivir nuevas experiencias. 

Muchos miedos que cargabamos en el camino se han ido yendo con el paso de los años. ¿Recuerdas cuando temías tanto rayar tu piel con un tatuaje? ¿O de lo mucho que sufriste cuando hiciste el primero y no era lo que esperabas? Bueno, te cuento amigo mío que ese miedo ya no esta y ahora no solo hemos borrado de nuestra piel aquel viejo feo tatuaje, sino también que tenemos nada más y nada menos que 15 de ellos, y hay unos cuantos que mamá aun no conoce y uno en particular que se va a morir cuando lo vea. No veo la hora de ver su reacciòn. 

Mi querido Escritor Roto, te cuento que aunque tenemos un poco roto nuestro malo corazón, estamos felices. Nos estamos enamorando, si nos estamos enamorando de nosotros mismos. Sonrió más, los enojos se han disipado, ya no andamos con rabia en el mundo. Es tan curioso mi querido amigo, que te cuento, que ahora nos vemos al espejo y nos decimos cosas lindas. Y te tengo un CHISME. Ahora, ahora nos preocupamos por vernos bien, por vestirnos lindo. Parce, nos preocupamos por nuestro cabello. ¿Lo puedes imaginar?

Ya no odiamos los zapatos, bueno no tanto. Querido amigo, hemos viajado y hemos conocido lugares que creíamos imposibles, estamos rodeados de grandiosas personas en este momento. Ahora nos da igual si salimos borrachos y vomitando una noche. Porqué estamos seguros cuando lo hacemos, querido Escritor. Aunque seguimos muy rotos y seguimos trabajando en esas emociones y sensaciones que tanto daño nos han hecho en el paso de los años, mi querido amigo te digo que ya no estamos perdidos en las adicciones, no estamos viajando sin rumbo. Tenemos un proposito, aun no tengo la más remota idea de como haré para que lleguemos a ello, pero te aseguro que estoy trabajando en eso. 

Hay días donde nos sentimos un fiasco completo, aun hay días donde nos sentimos un fracaso de hombre, hijo, amigo y todas esas vaínas. Pero, creeme que en este momento son más los días en los que estamos felices que otra cosa, hemos cerrado puertas bastante grandes donde creíamos que nunca nos iriamos y aquí estamos. Siendo nuestra mejor versión. 

Mi querido Escritor, te pido perdón por haber permitido que algunos pasaran por encima de tus emociones y de tus tristezas, aun sufrimos de depresiòn y ahora tenemos ansiedad. Pero, pero nada nos va a detener por cumplir cada una de las misiones que nos interpusimos aquel 24 de diciembre a los 7 años. Mi querido amigo, ya no eres aquel hombre detestable que muchos no soportaban, aun no nos soportan pero somos menos detestables. Le doy gracias a muchas cosas y personas que nos convirtieron en el hombre que somos ahora. 

Te prometo querido mío, que no te fallaré de nuevo y no regresaremos a ser aquel sujeto que vivía en medio del alcohol y en medio de los vicios. Ahora, trato de hacer mejores cosas por nosotros. Querido mío te prometo también que no te olvidaré de nuevo, hay mucha diferencia de aquel chico que escribio: "Carta de un suicida" a quien te esta escribiendo esta carta. Te llevo marcado en mi piel, con orgullo y felicidad, amo tenerte en un lugar tan especial, aquel lugar donde flotan nuestras letras y nuestras emociones. 



Querido mío, querido Escritor.
Hasta siempre, juntos batallando contra nuestra propia guerra.

martes, 8 de marzo de 2022

A Mi Querida Amiga

Siempre me cuestiono la manera en que debería de comenzar mis escritos, la manera precisa en que debería de comenzar a relatar lo que quiero aquí plasmar. Aunque ahora tengo muy claro lo que quiero aquí decir, no se como relatar y dejar ir las letras para que sea lo más cuerdo y coherente del mundo. Adicional de ello, que no quiero perderme entre ideas como suelo hacerlo constantemente. 

Empecemos... 

Una muy querida amiga mía se ha acercado de alguna manera y me ha preguntado... ¿Eres feliz? 
Antes de dar la respuesta que estaba en mi mente, lo primero que he preguntado fue ¿Por qué la pregunta? a lo que su respuesta sencillamente fue: "yo he perdido mi felicidad, no se donde la he dejado. Y por ello, me pregunto si mis amigos son felices." Querida amiga, en ese momento solo te dije: "sí, soy feliz. No todo el tiempo, no todo el día, no todos los días, pero si lo soy." Y ahora, quisiera abarcar un poco más mi respuesta y ampliarla un poco más, y con la espera y el sueño de que entre mis palabras quizás puedas encontrar una buena respuesta a lo que realmente es tu pregunta. O a lo que realmente quieres saber más allá de solo cuestionarte. 

Sí, efectivamente soy feliz. No siempre lo soy, hay días donde no puedo con mi propio existir y solo quiero sucumbirme debajo de las sombras y que nada me encuentre, donde la tristeza y la desesperanza me cubren y solo espero llorar y llorar cuanto pueda. Pero, que desafortunadamente mi mente, mi cuerpo y mis emociones me niegan; puesto que empiezo a pensar que mis lagrimas se han secado hace mucho tiempo. Hay días donde la felicidad esta desde el momento en que despierto y abro mi mente a la realidad del mundo, donde no me dejo sucumbir por aquellos dilemas o problemas que nos acuden constantemente. Seguramente no lo seré todo el día, cada hora.
Habrán momentos donde realmente no podré ni con mi propio existir, donde seré rabia profunda y estrés desorientado. Pero, al hacer el hacer el balance de mi día en general sé y estoy seguro que todo el día fui feliz, puesto la rabia y el estrés habrán pasado a un segundo plano por completo. Siempre hay un abrazo, una palabra, un café, un amigo, un beso, una tontería que me harán olvidar de todo. Siempre vendrá aquel arco iris con el que convivo día a día a soltar colores y brillos por doquier a mi oscuridad y hostilidad. Quizás aquel hombre que amo en este preciso momento de mi vida, me dirá una palabra o una frase hermosa que me hará sentir la plenitud perpetua de la felicidad. O incluso, vendrás tú con tus chistes sin gracia a hacerme reír como niño. 
Al final de la semana, aunque no lo haya sido todos los días o todo un día, aunque solo haya sido por momentos pequeños y ligeros instantes. El domingo al ir a dormir y pensar en todo lo que paso durante la semana que se termino, me sentiré feliz. Inmensamente feliz, por el hombre en el que me convertí, por la persona que soy. Por los amigos que tengo, por la amiga que eres conmigo, por mi madre o mi abuela, por las tonterías y pendejadas con las que puedo salir o por lo que sea, habrá pasado a un segundo plano todo lo malo y solo pensaré en la real felicidad que me está acompañando en estos momentos en mi vida.

¿Qué si tus amigos somos felices? Sí, quizás no todos en este preciso momento, tal vez unos más que otros, algunos puede que no lo estén siendo en este momento donde sienten el agobio y el dolor a piel viva ellos. Pero, sabes una cosa? (estoy usando mucho los peros, perdón) Si miramos el pasado, y para no ir lejos, vamos dos años atrás. Para nadie es un secreto el desastre de ser humano que yo era, nadie daba un peso por mi, todos estábamos seguros que en medio de una borrachera algo pasaría o que no podría más de todo el alcohol que consumía. Nadie creía que yo fuese a ser capaz de sostener una relación que durara más de dos meses o que no se basará solo en sexo. hace dos años estaba perdido en un hueco tan profundo que sentía que la felicidad si había terminado para mi. Que ya no habría otra oportunidad para mejorar mi vida o hacer que todo cambiara. Y mira, ahora no soy ni de cerca algo parecido a lo que fui en aquel 2019.

Ahora, ahora tú te cuestionas donde esta tu felicidad. Ahora te preguntas si realmente volverás a ser feliz. Ahora estas nadando en circulo en un vaso de agua  que se ha creado con el paso del camino y de las decisiones tanto propias como de otros. Ahora te cuestionas si realmente volverás a sonreír de nuevo. Hace unos meses no eras capaz de tener emociones o sentimientos para nada. Decías estar muerta por dentro, y ahora... ahora te cuestionas todo, y tienes de nuevo emociones. Sentimientos, te preguntas constantemente todo y estas en harás de buscar tu propia felicidad. 

Y hoy, aquí sentado escribiendo todo esta palabrería que quizás solo sea barata y de cajón. Te puedo asegurar que así como algunos somos felices en estos momentos, puede que en otro momento de nuestras vidas volvamos a recurrir a la oscuridad y tristeza infinita, y así podrán pasar algunos meses. Y de nuevo volverá a sentirse felicidad por alguna razón. Así mismo te puedo asegurar querida mía que aunque en estos momentos sientas que no serás feliz en ningún momento o te cuestiones si lo serás nuevamente. Te lo digo, lo serás. Pero eso no quiere decir que será un sentimiento eterno, además. Sería demasiado extraño una persona eternamente feliz, que pereza. Adicionalmente somos demasiado oscuros como para andar riendo por todo constantemente. Que flojera. 

Todas las emociones son pasajeras, son cuestiones de ir y venir, de estar arriba y de estar abajo. Todo son periodos, hace un tiempo pensaste no volver a sonreír y lo hiciste de nuevo, y ahora te cuestionas de nuevo si sonreirás otra vez. y lo harás, un día te enamorarás, ahora tienes tus alas abiertas y ya nada podrá detenerte, ahora has dejado de pertenecerle al mundo y has empezado a pertenecerte el mundo a ti. 

A mi querida amiga, le puedo decir y le puedo suplicar que no se rinda. Que la batalla quizás sea difícil y muy dura, pero cuando ganemos esta batalla nos retiremos en un café de París por todo lo pasado, pensaremos en el pasado y nos sentiremos alegres de haber vivido todo ello. Querida amiga, te suplico no dejes de lado la felicidad que llegará un día, no te puedo decir que mañana o en una semana. No lo sé, así como un día fuimos tristes y vacíos en un anden de una discoteca, luego reímos de nuevo y caímos y vamos en ese camino. Querida amiga, aquí siempre están los abrazos abiertos y la esperanza de un nuevo mañana. No desistas que la felicidad está en camino, aguanta un poco más y lograremos y lograrás más de lo que nunca nadie pudo imaginar. 

Querida amiga, la felicidad y la tristeza en sus ires y venires nos han de sorprender. Hace unos años vivíamos en el licor, sobre todo yo. Pero, resistimos y sobrevivimos. Hoy soy un poco mayor a ti, y aunque en muchas cosas sea mucho más idiota que otros o que tú. Creeme, lo lograrás. Creo en ti. A mí querida amiga le digo que le amo y le anhelo, le sueño y me vivo. Años y más años aquí, durmiendo como locos, escribiendo con desespero, jugando tontos juegos y soñando siempre. La felicidad nos llevara por completo.

A mi querida amiga.