Algunos
amores, sencillamente no están destinados a permanecer juntos por el resto de
la vida. Muchas veces conocemos a quien es el “Amor” y nos lleva a ese mundo
sinusal de emociones, que nos tienen en un constante sube y baja de
sensaciones. Y amamos con tanta locura y precisión. Nos inundamos en un océano
tan mágico y lleno de felicidad que solo buscamos la forma o el mecanismo de
que ese amor, tan puro y hermoso sea eterno. Y no logramos comprender que de la
misma forma en que la vida se termina, un lindo amor se puede ir también, y no
porque se acabe el amor. Creo que ese amor mágico y maravilloso realmente nunca
se termina; solo y simplemente se acaba el momento del tiempo que se debe de
quedar en nuestras vidas.
Todos
nos hemos enamorado de tal forma que nos hemos perdido en el tiempo de muchas
formas, en besos, caricias, abrazos, miradas, cenas, romanticismo de una manera
tan letárgica. Que solo vamos ahí navegando sin un rumbo alguno, solo nos
perdimos en las sensaciones que aquella persona nos hace sentir. Y sí, no hay
ningún otro tipo de amor que nos haga sentir de esa forma.
Tenemos
el privilegio de conocer el amor en muchas formas y direcciones, desde el amor
de una madre o un padre, el amor de un abuelo, el amor de hermanos (para quienes
tenemos hermanos), amor de amigos, amor de la vida. Pero, ese amor es tan
surreal que llegamos incluso a considerar que ni siquiera lo merecemos.
Nos
amamos con tanta locura, con tanto desenfreno y tanta pasión. Que tal vez se
vuelve tan intenso que solo se va quedando sin energía y llega un punto donde
nos seguimos amando de tal manera, pero que ya no encontramos la forma de
continuarlo y de hacerlo vivir en la maravilla de la vida. Admiro a todos
aquellos que tienen el privilegio de encontrar en la misma persona el amor de
la vida y el amor de su vida. Muchos de nosotros, solo nos encontramos el amor
de nuestra vida y justamente cuando se marcha o nos marchamos para no terminar
odiándonos. Nos la pasamos navegando en un océano oscuro para hallar nuevamente
un amor que por lo menos se le asemeje. Y se bien lo mal que esta tratar de
encontrar en alguien más lo que alguna vez tuvimos. Y es sencillamente por el
hecho de no saber comprender que es un amor tan puro y verdadero que no está
destinado a que lo vivamos juntos, solo en la lejanía del otro. Vamos por el
mundo buscando sencillamente encontrar de nuevo el amor para nuestras vidas.
Nos
encontraremos tantos amores en el camino del destino. Muchos serán hermosos,
otros tantos serán nocivos y muchos solamente serán inocentes. Algunas veces
será un amor de verano, otros llegan a ser simplemente un amor de días -algo
que me resulta curioso- no nos neguemos a enamorarnos nuevamente en la vida,
por estar buscando en otro lo que ya tuvimos en alguien. He leído en muchas
ocasiones una frase, que cada que lo pienso encuentro más y más realidad en
ella misma: “Nunca encontramos a la misma persona dos veces, ni tan siquiera en
la misma persona.”
Nos
encontramos, nos amamos, estuvimos el tiempo que era necesario, te marchaste y
me marche. Quizás lo dejamos marchitar de alguna forma, por la misma intensidad
de ese amor. Si el día de mañana lo vemos por las calles tomado de la mano de
alguien más, no queda de otra que desearle la felicidad absoluta, el amor que
se merece, la gloria que la vida le debe, la pasión que todos queremos y
esperamos. Para no ir lejos, pondré como ejemplo un amor crudo y triste, pero
hermoso. Aquellos que aman con tanta locura, pero que por algún azar de la vida
uno de los dos termina muriendo, le siguen amando con locura, con tanto calor,
lo llevaran marcado en su piel. En su corazón, en sus pensamientos, en la vida,
en sus oraciones, lo llevaran de una forma tan permanente, pero no se negarán a
la posibilidad de seguir amando en otro momento del camino, sin olvidar ese
amor que ya no está, se le seguirá amando con desenfreno en la memoria, y se
hablara con delicadeza y dulzura a otros amores, no comparándolo ni tampoco
esperando que sean o se comporten de esa manera. Se encontrarán otro amor que
los amara con tanta locura, que sin olvidar el pasado. Amaran con desenfreno
puro.
No
digo de tal manera que vivamos esos amores que no están destinados a estar
juntos como si hubiesen muerto, pero de alguna manera si lo digo. Es paradójico
e irónico. Lo sé bien, pero comprendamos que sencillamente son amores que no
están destinados a permanecer la vida a nuestro lado. Quizás en un futuro nos
volvamos a encontrar con ellos y nos volvamos a amar en el momento correcto he
indicado, como debió ser en el principio. Como es posible que sencillamente eso
no suceda y solo debamos verle y darle un “Hola. ¿Cómo estás?” tan caluroso y
amoroso que no lo llegamos a imaginar de ninguna forma. Amemos cuantas veces se
nos presente en el camino, amemos con pasión y con locura, amemos con sueño e
imaginación, amemos con libertad y permitiendo que el otro abra sus alas tan
grandes como quiera llegar, permitamos que cumplan sus sueños o metas como
siempre lo han querido. Ya sea con nosotros o con alguien más e incluso que lo
hagan en soledad. No busquemos en otros el amor que ya tuvimos, porque cada uno
de nosotros tenemos una forma distinta de amar y de querer. Y de una buena vez
por todas solo comprendamos que es un amor que no esta destinado a estar a
nuestro lado.
Si te
veo en el camino, te abrazaré en la distancia, te deseare lo mejor del mundo y
solo seguiré mi destino. Si te veo en las calles, no me cruzaré de cera para no
verte, te seguiré amando como siempre, pero las puertas siempre estarán
abiertas para un nuevo gran amor en mi vida. Quien quita y sea el amor para mi
vida.
Con
amor y mis mejores deseos…
Un
Escritor Roto
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