Siempre todos hablamos de las distintas emociones que afloramos en el momento en que perdemos a una persona, independientemente de si ha muerto o solo se ha hecho un camino aparte de nuestra vida. Exploramos tantas cosas y tantos sentimientos en tan poco tiempo.
Pero siempre apremia uno sobre todos los demás y es "extrañar" a causa de esto son muchas las lagrimas que se derraman, y por muchas noches, semanas, meses y en algunos casos por años. Haciendo tantas preguntas al mismo tiempo... ¿por qué? ¿qué paso? ¿como pude evitarlo? ¿era su momento? ¿era el momento? ¿como podre continuar? ¿lograre seguir mi vida? ¿a quien buscaré ahora? ¿cuando dejare de sentir esto?
Y así como estas hay muchas preguntas más en la mente, que no logramos encontrar respuestas de un momento a otro. Y en muchos casos jamas las haremos de encontrar y soy fiel testigo de ello. Aun me pregunto sobre la muerte de algunas personas, o de si fue lo correcto que aquellos se alejaran y aun más que hubiese pasado si yo no me hubiese alejado por mis propios medios. Pero en este momento no es algo a lo que quiera tocar, al menos no de forma puntual, si quiero hablar sobre extrañar.
Pero no de extrañar a otras personas, sino de extrañarte a ti mismo, a uno como persona, como ser humano, como hombre, como hijo, como hermano, como amigo, como todo. Cada mañana al despertar en cuanto pongo pie fuera de cama, la primera imagen que se cruza por mis ojos es mi reflejo sobre el espejo. Y he llegado a un punto donde no reconozco al hombre que esta mirándome, es una persona que no conozco y que jamas había conocido en algún momento de mi vida, me quedo algunas veces varios minutos mirando a esa persona y no logro reconocerla, es el mismo rostro, el mismo cuerpo, las mismas facciones pero... pero, pero su mirada no es la misma, no esta esa esencia y esa magia que alguna vez brillaba en aquellos ojos cafés, se ve miedo, soledad, vacíos, odio, intranquilidad y tantas emociones que no se ni siquiera si son reales o que al menos existan.
Y hay algo aun más singular sobre todo esto, sobre esa imagen en aquel espejo, me extraño sí, lo hago pero no siento nada ni una sola de esas emociones que pasan por nuestra mente y nuestro pecho cuando extraño a alguien, me siento seco, vació, como si en mi pecho no hubiera nada, como si mi corazón hubiese dejado de latir y en mi cuerpo ya no corriera sangre. A tal punto que no logro sentir ni tan siquiera ira, rabia o rencor contra mí. Aunque cualquier tontería que puedan hacer el resto de personas que estén a mi al rededor me harán explotar en emociones que no podré controlar, dejo que todo salga y no mido muchas veces las palabras ni mis emociones y tiendo a lastimar a las personas que están ahí, y me vuelvo una gran ola de ira, una ira incontrolable algo que no se manejar, y aunque "sean los causantes" se que no es contra ellos, es la forma de explotar las emociones que tengo encarceladas contra mí.
Justo en ese momento en que algo me hace enojar y explotar en ira es donde comienzan a florecer todas las emociones que están mi propia contra. Nace una necesidad incontrolable de estar frente a ese espejo, frente a ese enemigo y decir en su maldita cara todo lo que odio de él, todo lo que aborrezco, el asco que puedo llegar a sentir, a recalcar todos y cada uno de sus estúpidos errores. Es el momento de hacerle notar el odio tan infinito que siento por su nacimiento, empiezo a infundirle ese deseo descontrolado de que acabe con todo, y recalcar lo poco que vale y lo miserable que es, que quizás muchas personas que están ahí no lo están por quien es él, o porque sea una buena persona. ¡Tonteras! tanto ese hombre en el espejo como yo, sabemos que no están ahí porque sea un gran ser humano que valga la pena tener en la vida de alguien más, ¿después de todo que beneficio puede atraer a la vida de alguien? Ese hombre que no se reconozco en el espejo, no es más que otro más que es un frustrado por no haber cumplido sueños y metas, por no haber podido llevar acabo lo que siempre quiso y ser sencillamente una cuna de errores y maldiciones, y muchos de ellos son de esos que deberá cargar por el resto de su misera existencia.
Es tan extraño, extrañarse a sí mismo. Ver al espejo la mirada de una persona que no conoces y que bien sabes que nadie merecería conocer, que es la idónea en hacerle daño a los demás y a todo aquel que se le acerque. Ese mundo vació que se ha vuelto un agujero negro que todo lo lleva y todo se lo consume, esa persona toxica que solo sabe engañar y dejar ir tantas cosas. Y justamente cuando ves en esa mirada vacía y sin emociones. Es justo cuando nacen las preguntas que más pueden acabar a una persona ¿Qué paso contigo? ¿Qué haz hecho con tu vida? ¿Dónde estás? ¿Qué haces por ti? ¿Dónde quedo ese niño soñador? ¿Qué hiciste para que te volvieras ese perdedor?....
¿¡QUIÉN PUTAS ERES TÚ!?
¡Diablos! Cuan difícil es extrañarte a ti, dejar de creer en ti, volverse ese ser humano que tanto odiaste en algún momento de tu vida, como lograste que tus sueños se volvieran un remolino, se volvió un huracán que destruyo todo. Y ahora eres alguien que no conoces, que no sabes quién es en la más mínima forma. Eres una persona que se debe construir desde cero, es extraño. ES DEMASIADO EXTRAÑO no saber quien eres cuando te despiertas y que solo debes de seguir un juego que no entiendes, debes de tratar de ser lo que siempre haz sido, aun cuando no tienes idea de que eres, como deberías de ser, ni nada. Es un juego extraño, no hay conclusiones felices, no hay motivos, no hay gracia, solo eres una persona sin alma que va existiendo más no viviendo. ¿Hasta cuando? No lo sé, no tengo la más remota idea, supongo que solo queda seguir caminando y ver en donde caes y mueres o donde caes te levantas y creces. O sencillamente donde maduraras y aprenderás a ser un verdadero hombre.
Maldición, son tantas las palabras que quiero expresar y que no puedo, que me quedo corto. Y que lo más seguro, es que si comienzo nunca podré terminar. No podré darle finalidad a todo lo que escondo en mi propio cuerpo, en mi mente y en mis emociones, que no podré siquiera descifrar lo que intento decirle, para que reaccione y para que entienda que esta perdiendo tiempo y que necesito urgentemente que se pare y se levante y le grite al mundo que sabe quien es y que es, y que quiere para él mismo, necesito encontrar cada cosa en el camino para ayudar a que se arme de nuevo. Que tengo un miedo infinito que vuelvan las noches de descontrol mismo en el que vuelva a atentar contra su vida, que no quiere que de un momento a otro todo se acabe. No sé como decirle que tiene una vida por delante y que merece muchas cosas y que no es nada de lo que cree. Que viva, que sueñe, que vuelva a creer en sí mismo. Por una maldita vez más que se de una oportunidad de amarse, que ya basta de tanto odio, de tanto despreció, tanto orgullo, rencor y ganas de venganza. Deseo de tantas formas despertar un día y que cuando vea su mirada en ese espejo, pueda ver esperanza, pueda ver ganas de luchar y no solo ganas de morir. Tengo miedo, tengo miedo de que una noche el no pueda más y acabe con los dos. Ya no se que hacer, grito y grito y nunca escucha, temo de un día cansarme y no poder ayudarlo más. No quiero extrañarme más, no lo quiero. Pero, ya no puedo evitarlo...
-Un Escritor Roto
Justo en ese momento en que algo me hace enojar y explotar en ira es donde comienzan a florecer todas las emociones que están mi propia contra. Nace una necesidad incontrolable de estar frente a ese espejo, frente a ese enemigo y decir en su maldita cara todo lo que odio de él, todo lo que aborrezco, el asco que puedo llegar a sentir, a recalcar todos y cada uno de sus estúpidos errores. Es el momento de hacerle notar el odio tan infinito que siento por su nacimiento, empiezo a infundirle ese deseo descontrolado de que acabe con todo, y recalcar lo poco que vale y lo miserable que es, que quizás muchas personas que están ahí no lo están por quien es él, o porque sea una buena persona. ¡Tonteras! tanto ese hombre en el espejo como yo, sabemos que no están ahí porque sea un gran ser humano que valga la pena tener en la vida de alguien más, ¿después de todo que beneficio puede atraer a la vida de alguien? Ese hombre que no se reconozco en el espejo, no es más que otro más que es un frustrado por no haber cumplido sueños y metas, por no haber podido llevar acabo lo que siempre quiso y ser sencillamente una cuna de errores y maldiciones, y muchos de ellos son de esos que deberá cargar por el resto de su misera existencia.
Es tan extraño, extrañarse a sí mismo. Ver al espejo la mirada de una persona que no conoces y que bien sabes que nadie merecería conocer, que es la idónea en hacerle daño a los demás y a todo aquel que se le acerque. Ese mundo vació que se ha vuelto un agujero negro que todo lo lleva y todo se lo consume, esa persona toxica que solo sabe engañar y dejar ir tantas cosas. Y justamente cuando ves en esa mirada vacía y sin emociones. Es justo cuando nacen las preguntas que más pueden acabar a una persona ¿Qué paso contigo? ¿Qué haz hecho con tu vida? ¿Dónde estás? ¿Qué haces por ti? ¿Dónde quedo ese niño soñador? ¿Qué hiciste para que te volvieras ese perdedor?....
¿¡QUIÉN PUTAS ERES TÚ!?
¡Diablos! Cuan difícil es extrañarte a ti, dejar de creer en ti, volverse ese ser humano que tanto odiaste en algún momento de tu vida, como lograste que tus sueños se volvieran un remolino, se volvió un huracán que destruyo todo. Y ahora eres alguien que no conoces, que no sabes quién es en la más mínima forma. Eres una persona que se debe construir desde cero, es extraño. ES DEMASIADO EXTRAÑO no saber quien eres cuando te despiertas y que solo debes de seguir un juego que no entiendes, debes de tratar de ser lo que siempre haz sido, aun cuando no tienes idea de que eres, como deberías de ser, ni nada. Es un juego extraño, no hay conclusiones felices, no hay motivos, no hay gracia, solo eres una persona sin alma que va existiendo más no viviendo. ¿Hasta cuando? No lo sé, no tengo la más remota idea, supongo que solo queda seguir caminando y ver en donde caes y mueres o donde caes te levantas y creces. O sencillamente donde maduraras y aprenderás a ser un verdadero hombre.
Maldición, son tantas las palabras que quiero expresar y que no puedo, que me quedo corto. Y que lo más seguro, es que si comienzo nunca podré terminar. No podré darle finalidad a todo lo que escondo en mi propio cuerpo, en mi mente y en mis emociones, que no podré siquiera descifrar lo que intento decirle, para que reaccione y para que entienda que esta perdiendo tiempo y que necesito urgentemente que se pare y se levante y le grite al mundo que sabe quien es y que es, y que quiere para él mismo, necesito encontrar cada cosa en el camino para ayudar a que se arme de nuevo. Que tengo un miedo infinito que vuelvan las noches de descontrol mismo en el que vuelva a atentar contra su vida, que no quiere que de un momento a otro todo se acabe. No sé como decirle que tiene una vida por delante y que merece muchas cosas y que no es nada de lo que cree. Que viva, que sueñe, que vuelva a creer en sí mismo. Por una maldita vez más que se de una oportunidad de amarse, que ya basta de tanto odio, de tanto despreció, tanto orgullo, rencor y ganas de venganza. Deseo de tantas formas despertar un día y que cuando vea su mirada en ese espejo, pueda ver esperanza, pueda ver ganas de luchar y no solo ganas de morir. Tengo miedo, tengo miedo de que una noche el no pueda más y acabe con los dos. Ya no se que hacer, grito y grito y nunca escucha, temo de un día cansarme y no poder ayudarlo más. No quiero extrañarme más, no lo quiero. Pero, ya no puedo evitarlo...
-Un Escritor Roto
🤗
ResponderEliminarEspero que te encuentres pronto...
ResponderEliminar