martes, 4 de junio de 2019

¡Carta de un Suicida!

Algunas personas me tildan de cobarde o de ser una persona que sencillamente no tiene la fuerza suficiente para continuar con el camino y que prefiero el camino "simple" huir de todo, dejar mi vida, dejar todo tirado, amigos, familia, amor, carrera... mi todo. Muchos creen que soy una persona que no es capaz de luchar por lo que quiere. ¿Y si realmente mi mayor sueño es el descanso eterno? o bueno, al menos esa idea que la sociedad misma ha implementado sobre la eternidad después de haber muerto. No sé si soy un cobarde o muy valiente, muchos durante años buscamos en la idea de no solo escapar del  dolor y la rabia que llevamos con el mundo y nosotros mismos. Sino también con esa idea de tranquilidad y de paz eterna.
Voy por el mundo soportando una constante lucha, con rabia y una gran depresión, dolor y desolación conmigo mismo. Tanto así que todas estas emociones las he tendido a fundir en medio de licor, fiestas y drogas. Pero, nada de eso tiene que ver con la felicidad que me emanan y me regalan los que están a mi al rededor, al contrarío... aprecio cada uno de esos momentos con todos los que están ahí para regalarme un poco de su tiempo, de su amor, de su felicidad, de su tranquilidad. De sus sonrisas, abrazos, sus te quiero, sus te amo, sus momentos. Los aprecio simplemente por el hecho de saber que es lo que más guardo de todas y cada una de esas personas. Las amo con tanta fuerza, con tantas ganas y con todo mi ser, porque sé y tengo claro que no será por mucho tiempo.
Me gusta robar sonrisas a carcajadas, me gusta abrazar con toda mi fuerza, para que ahí justo en ese abrazo sientan todo el amor que en mí vive para ellos. A vivir cada segundo con el mayor entusiasmo, porque será poco el tiempo que nos quedé aquí. O al menos para mí...
Y no solo porque quiera huir de lo maldito que puede llegar a ser el mundo o lo basura que puede terminar siendo la humanidad. Es porque estoy cansado de llorar en las noches, de cargar con el dolor cada día, de llorar hasta el amanecer sin que nadie me escuche, y no necesariamente porque este triste, es porque llevo tantas emociones dentro, tantas emociones en mi propia contra. 
Que han llegado los días en que siento que ya no puedo más, amo el mundo, amo mi familia, a mis amigos, mi trabajo; pero me odio tan infinitamente a mí mismo, siento tanta aberración, tanto asco, tanta rabia, dolor e incluso tanto fastidio por quien he llegado a ser y lo que soy. 
Hago parte de aquellos que queremos e idolatramos la idea de la muerte, de no estar más aquí en este mundo hipócrita y mal visto, nos tildan de locos y no, no creo que estemos locos. Sencillamente vemos nuestra felicidad de otra manera y tampoco es una gran depresión  contra algo o alguien, solo no estamos conformes con todo lo que hay aquí. 
Quiero estar donde me pueda sentir mejor y más tranquilo, nadie puede saber con seguridad que hay más allá de la vida, que sucede en ese mundo, es probable que si hay una conciencia en este estado y no sea lo que esperaba, me sienta inconforme con lo que hice; pero al menos estaré seguro de que era lo que siempre quise hacer y lo que necesitaba para estar tranquilo, como también si esa conciencia  existe seré la persona, bueno el alma, más tranquila. Pues mi sueño de felicidad y sobriedad se habrá hecho realidad. 
No quiere decir que no ame, que no viva con sagacidad, que no disfrute de aquellos que me rodean o que no tenga sueños mientras estoy vivo. Solo estoy a la espera con ansias de ese momento, de ya no estar, de irme, de escalar de esto. Por un tiempo lo intente, y tantas veces, con tanta insistencia  y de tantas maneras, hasta que llego el momento que comprendí que no debía acelerar lo que no es en ese momento y solo esperar con ansiedad el momento en que la vida misma de una u otra manera me diga... es hora de partir.
-Un Escritor Roto

1 comentario:

  1. La vida es un escenario tan variopinto que nos puedes llevar a percibir tantas sensaciones y deseos. La muerte,es su complemento, es el llamado a la transformación de la materia a nueva esencia, desconocida para algunos, es el cambio y la resignificación de aquello que fuimos. Ambas,la vida y la muerte, son un llamado a lo simple y a lo simbólico de aquello que fuimos, somos y seremos.

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