... No te dejes para después 🍃

Aveces el alma duele y el corazón se detiene. El aire no se siente, el oxigeno se ausenta y los pulmones parecen que se secan. Llega esta sensación de vacio constante en la mente, empiezan mil pensamientos a sonar y re sonar cada vez más en la cabeza. Todo parece estar ardiendo en llamas, el calor es inevitable. Estas ardiendo pero sientes tus manos heladas, quieres respirar y no puedes hacerlo, tienes un vacio en el pecho que no logras comprender el motivo del porqué. Más aun cuando según tú todo viene perfectamente bien desde hace mucho tiempo. ¿Qué he hecho que todo se esta desmorando de un momento a otro?

Me he quedado sin voz, mis dedos ya no son tan sagaz como solian serlo hace unos años. He perdido el amor a la escritura y a mis letras. ¿Nuevamente me he olvidado o sencillamente estoy fingiendo que todo esta en perfecto estado? El miedo es un constante en mi vida, he vuelto a temblar de miedo, ahora me cuestiono cada decisión y me pregunto si en algún momento llegue a hacer lo correcto para conmigo mismo. 

Llega la última hora del día, sales a casa a descansar y estar en ese lugar que se supone que es tu lugar seguro. Tomas el tiempo necesario para llegar a ella y al momento de entrar, todo se siente tan vacio. Tan solo, tan sin nada. y no porque haya o no muebles dentro de casa. No se trata de eso, se trata de que te sientes solo aun con tu propia compañia. Que es lo más berraco de todo, esa sensación de que hasta tu mismo te has abandonado. Te quitas los zapatos, sientes el frió del suelo, te eriza la piel. De repente te has puesto lo más comodo que tienes, esa prenda que por alguna razón después de muchos años sigue existiendo y valoras de tal manera. Esa prenda que solo tu comprendes porque la amas tanto. Te dispones a prepararte un café, disfrutas el proceso de hacer ese café, suena muy en el fondo esa canción que amas con todo tu ser, que aunque no lo has notado antes, siempre que te sientes así es la primera en sonar en tu PlayList. Observas por la ventana y ha empezado a llover, las gotas bajan lentamente por el vidrio de la ventana, tu café ha estado. Estas ahora de pie, en esa ventana sintiendo entrar el frío, sintiendo las gotas de la lluvia humedecer tu piel. Y solo disfrutas cada sorbo ese café. 

Durante muchos años he tomado muchas decisiones a lo largo de mi vida de adulto. Me he despedido más veces  de las que he dado la bienvenida. Me he alejado de seres humanos que siempre creía que serían eternos, o amigos para toda la vida. Amores que en algún momento he considerado que serian el amor de mi vida. Me he despedido de unos cuantos errores o otros horrores. Llegue a ese punto donde la paz y la tranquilidad, sin lugar a dudas no tiene precio alguno. Sí, hay días como estos donde la soledad se hace sentir y el frío estremece mucho más el ser. Pero al final de cuentas, estas en paz contigo mismo. Claramente hay mil y un dilemas en el mundo, en el exteriror. Hay mil cosas que estan pasando y que puede que te quiten un poco tu tranquilidad, pero al final del día, solo estas ahí en paz y tranquilo. En tu propia soledad, esa que en algún momento se volvió amiga. El miedo sigue siendo un constante permamente cada día, pero ahora no te detiene. 

El alma duele, el frío se siente, el dolor es punzante y constante. Pero así como lo es todo en la vida es efimero. Solo es de esos días o quizás de esas semanas donde las emociones estan a flor de piel o sencillamente estamos un poco sensibles/emocionales y esta bien, todo vuelve a estar bien después de todo. Como siempre lo he dicho: "Por densa que seá,  la niebla siempre termina por desarecer."

Hace mucho no pasaba por aquí, había dejado en el olvido todo esto, mi pasión y mi amor a las letras. Me había peleado conmigo mismo, con la realidad que estaba viviendo, permití a la vida que me golepara duro y con ganas, colocando siempre la otra mejilla. Sintiendo que era lo que merecía, que era la consecuencia de mis decisiones. Me bloquie por mucho tiempo a permitirme sentir lo que debía sentir, por temor, por agradecimineto, porque me habían infundado la idea de que yo no era capaz de conseguirlo. Porque no era suficiente, fue un maldito toreo largo y absoluto de las decisiones ajenas. Donde me permití infelizmente dejarme atropellar por las decisiones y por las opiniones de otros. Ahí comprendí ampliamente lo que era seder a la presión social. Aunque puedo asegurar que no me arrepiento de las decisiones tomadas en ese momento de la vida, pues construyeron en muchas formas la manera en que en este instante estoy viendo el mundo. También estoy seguro que son situaciones a las cuales no debí someterme y mucho menos haber permitido que el mundo tuviese más fuerza en su opinión que en lo que yo realmente sentía y quería. 

Me he disculpado conmigo mismo tantas ocasiones, en tantas maneras y de tantas formas. Que empiezo a sentir que una vez más ya no tiene sentido alguno que lo siga haciendo. Soy consciente que en este punto, donde estoy mes a mes finalizando la decada de los 20's y entrando a la de los 30's me he sentado a refelexionar año tras año de todo lo que he hecho y decidido, las personas que conocí, que perdí, que se marcharon, que aun están. Esto no es la tipica carta melodramatica de las que suelo hacer constantemente. Solo es un golpe de realidad para mí mismo. Las emociones estan pegando duro ahora, per estoy tan jodidamente agradecido por la historia, por las decisiones, por lo que he hecho y lo que no. Qué me llevaron a que me convirtiera en un hombre que de alguna manera me llena de orgullo presentar a la sociedad, me tomó muchos años aceptar lo grandioso que soy, el maravillo humano que soy. Con falencias y errores, claro que si. Pero que en terminos generales, soy un gran chico... bueno un gran señor -¿Ya es hora de que acepte que me digan señor?-  

Me deje para después muchas veces, me deje llevar a son de lo que otros querían, deje atras lo que yo sentía. Me deje manipular, me deje controlar y sedí limites que nunca pensé y que dije a boca llena que no los cedería. Me arrepentí como un carajo, pero entendí y aprendí que hay cosas que por más que se diga que no se sederan, uno termina muchas veces olvidandolo. Me olvide de lo que me hacía feliz, por hacer feliz a alguien que tampoco era feliz. La costumbre, vil y cruel costumbre. A este punto, estoy que ya no me dejo para después, mi paz y la tranquilidad no la dejo a un lado, priorizo lo que quiero, lo que necesito y lo que deseo y me aseguro de consentirme constantemente a mi mismo. 

Se cerrara pronto un capitulo, se abrira uno nuevo que honestamente me tiene jodidamente emocionado. Seguiremos en este proceso de crecer, de vivir nuestras emociones, los días buenos y los días malos. Creciendo y aprendiendo en cada epoca, con cada ser humano. Dejando el martir y viviendo un poco a un desconocido. Una aventura que apenas comienza, días grises y otros con muchos matices. Aventuremonos a ver que nos encontramos.