lunes, 25 de septiembre de 2023

¿Todo requiere un titulo?

 

Lunes, 25 de septiembre de un año extraño 2023… son poco más de las 6:00 am de un inicio de semana, me he obsesionado con una canción. “Si pudiera” de un grupo de hermanos mexicanos “Jesse y Joy” y otra chica “Vanessa Martin” no tengo la más remota idea de quien es. No sé si estoy comenzando un diario o solo ha llegado nuevamente a mi la necesidad de plasmar en letras lo que mi cabeza está gritándome y que no soy capaz de expresarlo verbalmente. ¿Por qué menciono la canción? Sencillo, normalmente las personas tienden a relacionar las canciones con sus exparejas o viejas relaciones, sus casi algo, sus romances fallidos. Y esta canción habla básicamente de un romance fallido donde se debe pedir perdón y muchas cosas más. Pero, a decir verdad, solo la relaciono conmigo mismo y con el cambio de ser que he desarrollado durante los últimos años. Sería avaro decir que, durante los últimos meses, pero no. Los últimos años.

Me sorprende el cambio tan drástico que he dado en los últimos no sé, cuatro (4) años (?) o para ser más exactos desde un diciembre de 2019. La persona y el hombre que solía ser realmente ya no esta ni la sombra. No negaré que hay muchas cosas que extraño de ese chico tan particular. Pero que tampoco lo quiero nuevamente en esta nueva versión que hay. Hoy es el comienzo de mi segunda semana sin empleo, me arme de valor y deje atrás algo que ya no me hacía feliz y un lugar que ya no me hacía sentir aquel sitio al que le debo infinitas gracias. Y que tengo mucho que dar la mano a este “hogar” que fue durante unos cuantos años. Que fue por mucho una familia, muy particular pero una familia. A quien le debo grandes amigos que tengo ahora, personas que se han vuelto especiales y han logrado comprender de alguna manera la particularidad de quien soy. Hay muchas emociones que no termineo de comprender en este momento, de todo lo que esta pasando. No me arrepiento de la decisión que tome, pero estoy muerto de miedo de que el tiempo pase y me lleve por delante y solo me vuelva a sentir un completo fiasco y un fracaso absoluto de hombre y de ser humano. -Lo cual ya he dicho en muchas ocasiones que así me siento-

Hoy, hace quince (15) días exactamente cumplí 28 años, y me siento tan aterrado de esta vida de adulto, estoy tan asustado que no sé ni siquiera que esta siendo de mí. Tome una semana de locura y de sentirme vivo nuevamente por un instante en mi vida, antes de volver a afrontarme a la vida de adulto. Hoy, hoy también es el cuarto mes desde que murió mi amor peludo, aquella “Niña” que me acompaño por más de una década en mi vida. No quiero entrar en detalles en esta parte, se me sigue quebrando el alma cada que veo sus fotografías. Hoy, este lunes se siente demasiado lunes para ser verdad, donde estoy sentado en mi cama con las piernas cruzadas y mi computador sobre ellas, sonando esta canción una tras otra vez, no quiero escuchar nada más, tengo mi teléfono al lado y solo lo ignoro. Ya no hay una rutina la cual seguir, ya no hay un mandato que llevar a cabo, se siente extraño. Demasiado extraño para ser honestos, extraño muchas cosas pero, aunque lo extraño estoy tan tranquilo de saber que no debo ir a un lugar donde ya no era feliz.

Con los años he ido creando diferentes teorías respecto a la edad, cuando empecé a sentir que llegaban mis 28 años, empecé a sentir ese afán por querer hacer mucho más con mi vida y salir de esa zona de confort donde estaba tan cómodo, ahora no le temo a un nuevo reto o enfrentarme a la vida incluso desde lo que muchos ven como un son de inferioridad. No entremos en detalles respecto a eso. Hoy hace un año, para ser exactos. Estaba en otro lugar, con personas que ya ni siquiera quisieron seguir siendo parte de mi vida, que sencillamente decidieron tomar distancia y no buscaré respuestas a eso. Solo lo dejaré y seguiré, están las personas que realmente desean estar en este momento. He tomado diferentes decisiones respecto a lo que quiero ahora para conmigo y con las personas que están a mi alrededor.

Sigo aquí sentado, mirando a la nada, estoy sudando. Realmente hace mucho calor. “Dios, amo mi ciudad, pero detesto a más no poder este maldito calor” me he alejado de mi teléfono durante la ultima semana, creo que incluso viene desde mucho antes. Ya no respondo mensajes, me he querido dedicar el tiempo a mi mismo a estar bien conmigo, a reconocer quien soy y mis talentos y tener más fe en mi capacidad de plasmar con letras lo que no puedo hablar. Me he encontrado revolcado en diferentes sabanas y caricias vacías de personas que realmente no han significado mucho. Y no, no es que me haya acostado con mil personas. No quiero dar a entender eso, solo que en ese deseo de encontrar el amor y de buscar la perpetua felicidad romántica que nos ha vendido el cine, me he encontrado unos cuantos imbéciles que me sorprende que los haya encontrado interesantes. Y aclaro el hecho de que no me he acostado con ellos, porque muchos al leer o escuchar la expresión “caricias” automáticamente se llevan a la cabeza que nos inundamos en un sexo desenfrenado. Y, a decir verdad también estoy un poco exhausto de que se nos siga considerando que por el simple hecho de ser personas GAY somos unos prostitutos andantes y unos promiscuos de mierda. Dejemonos de cuentos, todos disfrutamos del sexo y la forma en cada uno de nosotros decida llevar el desarrollo de su vida sexual, no es tema para nadie.

Perdón, me distraje y me fui del tema o de lo que sea que venga hablando, ni siquiera yo me entiendo. Y si me han leído antes, sabemos que es algo muy común en esta cabeza tan extraña y particular. Tengo miedo de volver a enfrontarme a una crisis de depresión y no querer levantarme de la cama, vuelvo a tener la sensación de que no recuerdo cuando fue la ultima vez que cene o si realmente solo estoy sobreviviendo de coca cola y cigarrillos. Hay lapsos donde ya no me quiero parar de mi cama o donde estoy rodeado de personas y solo quiero que me dejen solo y estar ahí, tirado en mi cama viendo a la nada; imaginándome lo que sería la vida perfecta sin hacer nada para que eso se vuelva una realidad. Gracias a aquellos que me han ayudado a querer pararme de la cama y hacer algo más allá de estar solo ahí echado sin hacer nada.

Nuevamente quiero esas conversaciones donde se ponga en tela de juicio mi conocimiento y donde pueda hablar desde el cosmos hasta no sé, porque una hormiga decide llevarse tal migaja de pan y no la otra. También estoy luchando con la idea de si quitarme todo el pelo o no. Es tan tonto.

Hace poco, no. Desde hace unos días vengo cuestionándome el hecho de si somos victimas o victimarios de nuestra propia historia. Lo que me lleva a que somos ambos realmente. Pero solo está en nosotros mismos como queremos que el resto del mundo nos vea. Me harte, sí… me harte y me canse de ser siempre el niño débil o el que sufre de esto o lo otro. Ya no hablo de mi depresión lamentándome por tenerla o porque este cansado de estar triste -estar triste me cansa mucho- lo hablo porque quiero que muchas personas que aun no se atreven, puedan hablar de su salud mental y poder hacer visible de alguna manera que los trastornados mentales existimos o que existimos personas que no nos sentimos cómodos con nuestro cuerpo y que conozcan el término “disforia.” Estoy mamado de que el mundo me vea como la víctima. Y sí, soy consciente de que muchas veces yo mismo me hago ver de esa manera, por esta webada que me gusta escribir y que a veces me gusta lamentarme. Que, a decir verdad, me encanta lamentarme. Pero no quiere decir que cuando lo haga no haya hecho algo ya antes, para cambiar eso.

Estoy a pocos minutos de que sean las 7:00 Am de este lunes 25 de septiembre. Me sorprende que ya son tres años desde que inicio la pandemia. Que año más de mierda para muchos de nosotros. Me sorprende que aun estemos aquí. No negaré que tenía la esperanza de que el dichoso COVID nos matara a todos y que Pachamama pudiese recuperar lo que el estúpido ser humano le arrebato de forma brusca y arrebatada. No sé cuantas horas llevo sin dormir, quizás ya hablo muchas tonterías y cosas que realmente no tienen sentido alguno para ser honestos. Ahora que lo pienso, quiero comer helado, mucho helado y simplemente acostarme con mis amigas a ver películas ridículamente románticas y criticarlas porque son cosas que no nos pasan a nosotros. Ya no me da sueño y cuando lo tengo, duermo poco. Si, ya sabemos Jean, tienes trastorno del sueño… blah blah blah.

Reitero, no tengo la más remota idea de si esto se volverá una especie de diario o que diablos sea esto o si lo llegue a publicar o no, si lo estas leyendo pues a ver fue obvio que si lo publique. No es importante, fue una madrugada curiosa y extraña, muchos pensamientos. Planifique hasta como conquistar el mundo, no lo conseguiré. No me interesa hacerlo.

Puede que me este muriendo de miedo, puede que no tenga la más mínima idea de que carajos haré con mi vida o de si solo seré una nueva decepción para el mundo. Solo quiero rescatar el hecho de que ya no estoy en el mismo lugar y no soy la misma persona de hace unos ayeres. Que ahora soy una persona que muchos admiran y no por todo aquello a lo que he sobrevivido, sino por quien soy y por la clase de ser humano en la que me convertí y en la que trabajé para ser. Supongo que solo estamos al pendiente de un nuevo capitulo de aquel escritor roto. Que, para ser honestos, hoy en día ya no esta tan roto y esta en un mejor lugar.

  

“Sigue viviendo, sigue creyendo en ti, no pares de luchar, no pare de reír. Abraza un poco más y besa más. Di a tiempo lo que sientes, lucha por lo que quieres. Pero nunca, nunca te permitas quedarte atrás. No permitas tampoco, que otros pasen por encima de quien eres. Tus sueños, tus mtsas, tus anhelos, tu vida, tu palabra, tu amor, tu ser son tan importantes como los de cualquier otro. Y siempre y cuando no le estes haciendo daño a otros, ni estes pasando por encima de alguien más. VE. Sé feliz, se libre, se amado y ama.”

 

 

Con amor…

-Un escritor roto

2 comentarios: