viernes, 8 de diciembre de 2023

Carta a un Desconocido...

Últimamente me hicieron ver que soy una persona muy rencorosa, que hay odio en mí aun. Ya no tanto como hace unos cuantos ayeres, No es que me sienta muy orgulloso de decirlo. He odiado a muchas personas, personas que realmente me han hecho daño y hablo del daño que se hizo hace muchos años. No hablo de amores o de viejos amigos; eso realmente ya no es tan trascendental en mi vida. Hay mejores emociones y más grandes cosas que me gusta sentir por aquellos que hoy en día llegan a mi vida. 

Pero... cuando me preguntan por ti, me comienzo a cuestionar que es lo que siento en el fondo de mi ser. Y es una respuesta tan compleja como complicada, tan extraña como perdida, me inunda un mar de sensaciones. En algún momento sentí mucho amor y demasiada admiración, te idolatraba de tal manera que no había nadie más en mis ojos. Después, te odie. Te juro que te odie y sentí tanta aberración, tanto asco, tanta desdicha saber quien eras, que eras y la clase de persona que todos decían que eras. No soportaba ni siquiera tu nombre, yo me sentía excesivamente sucio. Hay muchas cosas que juzgo de tu pasado, de ti y hay otras tantas que si son reales las entiendo y no soy quien para decir que  yo no habría hecho lo mismo. A mi yo actual, a mis emociones de ahora, te lo puedo decir con tal seguridad que ni siquiera, te atreverías a colocarlo en duda. No siento nada, no me generas ninguna emoción, no eres más que un soplo a la nada.

Si al día de hoy, pasara por tu lado. Créeme que no sabría quien eres, a decir verdad no recuerdo tu rostro o como se sentían tus manos. No logro recordar tu voz, ya no recuerdo quien eres, solo eres un recuerdo demasiado borroso... diría que eres tan insignificante como una persona en situación de calle. Pero, les estaría ofendiendo a ellos y a mis propios principios. Ellos me importan, ellos me preocupan, me duele saber que pasan frío, que pasan hambre, que independiente del porque terminaron de esa forma, ellos me importan. Tú, en cambio. No eres nada, no eres nadie. Eres solo una pequeña bolsa de basura que alguien dejo en la calle. Justamente de eso que pasas y ni por enterado de que ahí esta. Para ser honesto, solo me resultas ser un ser desconocido. Alguien que sé que existe, pero que no es relevante a mi vida, eres ese desconocido que nunca quiero conocer.

Cuando en ti pienso, más aun en estas fechas. Solo viene a mi el recuerdo de un niño de siete -7- años tirado en un andén esperando la llegada de alguien que nunca pensé en llegar. Para ser honesto, todo esto lo escribo sin rabia, sin odio, sin emociones, solo porque quería plasmar en letras mis pensamientos y justamente estuve viendo/escuchando un podcast donde se habla del amor de padre, de ese amor faltante. Y justo cuando empecé a recordar quien era mi padre, no tengo un solo recuerdo. No te recuerdo, no sé quién eres. Sí, estuviste presente un par de años pero ahora... no hay nada, no viene nada a mi cabeza. Más que ese recuerdo.

De hecho, tengo más presente y más vivido recuerdo –aun siendo más chico- de esa mujer que era su madre, tratándome como lo hizo, haciéndome lo que me hizo, recuerdo de tal manera cada una de sus palabras, de la forma en que si dirigió a un niño de no sé, cuatro o cinco años si acaso. Y que a usted no le importo. Es más, estoy casi que seguro que tuve la desgracia de ver en más ocasiones a ese espécimen de persona, que a usted.

Muchas veces cuando se toca el tema de un padre, tiendo a mentir. Me suele avergonzar el hecho de decir que fui dejado y abandonado como un juguete viejo. Muchas veces me siento de esa manera, que solo fui un juguete en su vida y que cuando se aburrió se esfumo cual mago. ¿Qué digo? Hace unos años, solía decir que mi mamá había sido inseminada artificialmente, aun recuerdo la cara de la señora doña mamá cuando me escucho decirlo por primera vez, su volteada de ojo fue épica y amo ese recuerdo. O llego el punto donde me acostumbre a decir que: “mi papá murió” ¿No fue así? Este es un tema, por el cual mi terapeuta a comido muchas veces, porque es muy constante; más de lo que yo quisiera. Y ya que de cierta forma escribir sobre esto, aliviana un poco todos los traumas que se generaron en mí por su causa. Y adicional es parte de las tareas que me deja la loquera –amo esa palabra-

Es extraño, cuando pienso en un papá, pienso en dos personas mi abuelo y Omar. El primero, no tuve la fortuna de tenerlo mucho tiempo, solo muy pocos años. El segundo, aunque nunca fue un vinculo sanguíneo, se comporto como el mejor de los padres. Tampoco lo tuve mucho tiempo y quizás durante muchos años  me negué a verlo de esa manera, pero ahora el fue mi papá. En muchas ocasiones, cuando hablo en general respecto a algo que involucre padres, digo “MIS PAPÁS” y hace referencia a mi señora doña mamá y a Omar. Alguien que sin serlo, me enseño muchas cosas que no fueron evidentes en ese momento, pero que a mis casi treinta -30- puedo notarlas. Que en compañía a mis madres, me enseño valores y que era un tedio cuando estaba borracho y le daba por aconsejarnos a mi hermano y a mi y nos escondíamos. Fue un gran padre, no tengo un mal recuerdo, miento. Solo cuando me hizo probar productos del Noni, que puto asco. Mi señora doña mamá se la rifo con el gran hombre que escogió para su vida. No sé como habrían sido las cosas entre ellos como pareja, pero como papá/padrastro excelente servicio.

Volviendo a usted, solo me queda decirle gracias por donar el esperma (?) por el cual nací, supongo. Gracias, gracias por no haber hecho parte de mi vida, gracias por dejarme tirado, gracias por haber muerto (no de forma literal) porque sin nada de eso, no sería el hombre que soy, no sería la persona y el ser humano tan maravilloso que soy. No habría vivido lo que he vivido. Y muy probablemente habría terminado como todos los de su casa y no gracias. Me gusta esta vida, la vida que me pudo dar mis madres, mis padres, mi familia. Usted y los suyos, solo son un soplo al viento y nada más, una partida de desconocidos que espero y aspiro, el resto de mi vida sean solo eso. Unos desconocidos.

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