Heme aquí, divagando entre diferentes ideas… entre diferentes pensares que acuden a mi cabeza como es el común en mi vida. Estoy como no lo estaba hace mucho tiempo, disfrutando de un buen café, una mañana fría y extrañamente no me acompaña un cigarrillo en mi mano. Y debo decir que no siento la necesidad de tenerlo, debo afirmar el hecho de que estoy –nuevamente– trabajando en el hecho de dejarlo atrás, quien me conoce sabe que lo he intentado muchas veces y hasta ahora no he sido capaz de conseguirlo, como es el deseo de muchos aquellos que están a mi alrededor. Pero bueno, el punto en este momento no es hablar de mi adicción a la nicotina y mi poca capacidad de dejarla. El punto es hacer una honra nuevamente a que esta regresando poco a poco mi interés por volver a mis inicios, a aquellas costumbres que me llevaron a enamorarme de mis letras.
Estoy
disfrutando a gran escala el poder volver a dejar salir mis letras y mi pasión tan
solo siendo acompañado por mi café y mis ideas poco elocuentes. Estoy
emocionado en muchas cosas que están pasando para con mi vida. Yendo un poco
más a ese punto de apreciación y amor propio (?) apreciando nuevamente el hecho
de no necesitar quizás la aprobación sobre otros, más que la mía y me basta por
mucho solo esa. Estoy aquí sentado tratando de encontrar las palabras
necesarias y correctas para poder expresar lo que estoy sintiendo en estos
momentos. No logro explicarlo de alguna manera, después de todo ni siquiera termino
de comprenderlo yo mismo.
En los
últimos días he estado tocando mucho el tema del proceso de enamoramiento y la sensación
de estar enamorado y de como todo eso va cambiando a medida que nos vamos
haciendo un poco más adultos o va cambiando nuestra madurez. Nos hemos vuelto
un poco egoístas ante la idea de estar enamorados y solo procuramos inundarnos
con la simple satisfacción sexual de muestro cuerpo y vamos dejando un poco de nosotros
en los diferentes seres con los que solemos revolcarnos dentro de las sábanas,
creyendo que con el simple placer instantáneo de nuestro ser bastará y nos hace
sentir queridos por un mínimo lapso de tiempo y regresamos nuevamente a huirle
de alguna manera a ese ideal infundado por la sociedad misma, de estar en una
relación firme y estable con otros. Soy de aquellos que rechaza un poco el
ideal de romanticismo de las viejas películas de Hollywood, dejando un poco de
lado ese deseo inerte que tenemos todos los seres humanos de vivir ese idilio
de amor adolescente. Idilio que de cierta forma a las personas homosexuales nos
arrebataron por no permitirnos amar con la libertad, que cualquier ser heterosexual
puede vivir durante su adolescencia. Por estar en esa lucha constante de no solo
la aceptación propia, sino también aquella de nuestro circulo social y familiar
cercano e incluso con la aceptación de una sociedad por dejarnos amar a quienes
queremos amar. Como siempre, suelo divagar un poco entre lo que quiero decir. Aunque
le huyo un poco a ese romanticismo, soy un loco desquiciado deseando con cada
fibra de su ser, por tener ese amor romántico que nos llena el alma y nos remueve
cada uno de esos pensamientos penumbrosos de ilusiones, con aquella persona que
nos genera esas emociones. No voy a negar que en un par de ocasiones me he
enamorado y he tenido una historia bonita. Pero no cumpliendo esa fantasía de película
romántica.
Estoy
en un punto de mi vida, donde no tengo la necesidad de tener un amor romántico,
donde realmente no es mi prioridad instantánea en este momento, de cierta forma
incluso rechazo un poco esa fantasía, pero que no sé si quizás de forma
inconsciente estoy buscando ello, con eso de ir conociendo personas por un lado
y por el otro, no tengo la más mínima ni remota idea sobre ello. Estoy en un punto
de mi vida, donde considero tener una madurez un tanto exigente con lo que hay
a mi alrededor; y con lo que quiero en estos momentos de mi vida y hablando con
algunos de mis amigos, llegamos siempre a la misma conclusión de que no estamos
en un punto de querer aguantar los juegos de otras personas y esperamos dar con
seres que tengan la claridad de lo que realmente quieren para su vida, de que no
necesariamente tengan que etiquetar algo, sino que simplemente no nos hagan
perder el tiempo, pues ese tiempo que estamos invirtiendo en salidas y todo lo
que involucra salir con alguien, podemos dedicarlo a descansar de los trabajos
extenuantes que solemos llegar a tener. Tenemos unos intereses tan pulcros y
consolidados que, de verdad, de verdad solo queremos una persona que tenga la
claridad de lo que quiere para con su vida y para con uno. No nos negamos al
hecho de pasar un buen rato de placer, de tener un buen sexo y pasarla rico y divertirse
en el proceso. Nos negamos al hecho de no querer invertir tiempo en una persona, que solo venga con falsas ilusiones a nuestro ser y nos cree esa fantasía de un
posible amor romántico y que de un momento a otro, solo se pierda y quedamos a
la deriva en este océano de malas decisiones. Vamos, no estamos en tiempos de
estarnos cuestionando el por qué no somos suficientes para otros,
cuando nos hacen promesas de amor y solo de un momento a otro desaparecen.
Dentro
de todas estas sensaciones que vengo pasando en los últimos días, entre todo
esto que no termino de comprender. Tengo básicamente un solo interés claro y
conciso y es cumplir las metas que en algún momento me establecí. Desde hace
poco más de un año, la vida me ha vuelto a interponer persona que creía que se
quedarían en un pasado, personas que pensé no volver a toparme en ningún
momento, algunas a las que lastime y otras tantas que me lastimaron a mí y que
hoy por hoy somos seres humanos con otros pensares y otros intereses. Nuestra generación
ha venido trabajando en un proceso de deconstrucción para ser un poco mejor
cada día y en tener un poco de aquella responsabilidad afectiva de la que tanto
se habla últimamente. Al toparme con esas personas he ido encontrando el hecho
de que en definitiva el cambio a quien era hace unos cuantos años atrás, no hay
nada ni de cerca de lo que solía ser. Hoy por hoy soy un hombre de 27 años -al
momento de estar escribiendo esto- con un enfoque relacional muy claro, tanto
para familia, como para amigos y futuros romances en el camino. Estamos y estoy
particularmente en un enfoque donde me interesa conocer una persona que tenga
tan claro lo que quiere para su vida y no precisamente hablando de lo que vaya
a querer conmigo. Alguien que realmente piense a futuro y en lo preferencial
que ya haya quemado las mismas etapas que yo ya he quemado. Y no es que este
mal que una persona este pasando por otras etapas distintas a las que nosotros.
Solo que sencillamente no va a tener los mismos intereses.
A hoy
en día, muchos preferimos quedarnos en casa tomando un buen descanso después de
una semana pesada a salir de fiesta, eso de que la edad llega con sus achaques,
cada día lo confirmo un poco más. Ninguno de nosotros niega que es una delicia
salir de fiesta, pero no nos digamos mentiras. Ya no nos recuperamos de una
rasca como solíamos hacerlo. El plan de quedarnos en cama, entre las sábanas,
con una copa de vino o un chocolate caliente, una buena película o un libro,
eso a hoy en día suena al mejor plan del mundo. Estamos tan agotados tanto mental
como físicamente que vamos, es el planzaso de la vida. Cuando tenemos ese deseo
de querer ingerir alcohol en nuestro organismo, solo compramos una botella de
vino o unas cuantas cervezas y nos colocamos a hablar de que parte del cuerpo
nos duele ahora o como nos esta chingando la vida. Y reitero, hay momentos
donde el cuerpo nos EXIJE una fiesta o una peda destructiva -como extraño una
de esas- y se los dice alguien que no tiene la más remota idea de como bailar. Pero
esa idea o ese deseo, ya no es tan recurrente como hace un par de años, que era
un deseo de cada fin de semana. Algunas veces mis amigos me decían que fuésemos
a cenar y terminábamos vomitando lo que no nos habíamos comido. Anécdotas. Regresando
al punto de toda esta vuelta o todo este palabrerío barato es que, estamos a un
punto de la vida que definitivamente no estamos para perder tiempo.
Dejemos
en claro a donde queremos llegar, como nos vemos a futuro, si realmente esta el
deseo de querer tener algo formal y serio y todo lo que esto conlleva. O si
sencillamente la vamos a pasar rico, ya no estamos en tiempos ni en épocas donde
el placer por físico placer este siendo mal juzgado. No vengamos con cuentos,
que todos hemos tenido sexo por físico placer y por solo darle esa satisfacción
al cuerpo y al ser. No vengamos a dárnoslas de muy santurrones. Y no es que hemos
tenido dos citas y vamos a casarnos –ya he cometido ese error y no gracias– sencillamente a mi parecer, creo que en máximo tres citas y grandes
conversaciones que para muchas personas pueden ser incomodas un tanto, nos
vamos dando por enterados cual es nuestro real interés para con la otra
persona. Creo que por lo menos por mi parte, ya hoy en día tengo la capacidad
suficiente de descifrar rápidamente hasta donde quiero llegar con alguien, si
lo veo como un posible romance y querer probar e intentar hasta donde podemos
llegar, si es solo un romance de fin de semana, o si es un romance barato y
perdido de una sola noche. Incluso, creo que para mí, para algunos cuantos y unos
tantos con la primera conversación podemos darnos por enterados si solo es algo
de un par de horas. Y ojo, no estoy diciendo que hay que ser un libertino y descualquierado
(no se me ocurre otra forma de decirlo) de que vamos air noche a noche,
amaneciendo de cama en cama tratando de encontrar cual será nuestro próximo futuro
amor y para quien lo hace, no esta mal. Es tu forma y mecanismo, sencillo.
También
estoy en el punto de entendimiento, que para una relación y una pareja como
tal, la parte sexual es importante y crucial, que haya una química, que haya un
deseo de estar con el otro, que al verle ya sea desnudo o vistiendo de alguna
forma, nos produzca las ideas más escandalizadoras para nuestras abuelas al
verle. Es una parte crucial, no la principal ni más importante, pero vamos que
es importante. Después de todo, ¿para qué estar con alguien que no deseamos? Y algo
más, por favor. Coincidir con una persona que tenga la habilidad de la
COMUNICACIÓN, todo tipo de relación se basa en una buena comunicación. Si no
somos capaces de hablar de lo que nos ocurre, de lo que pensamos, queremos,
deseamos, vemos, nos molesta o nos hace sentir bien; estamos jodidos hermano.
Hay muchos
puntos al tener en cuenta al momento de querer tener ese ideal romántico, que
cuando vienen todos esos puntos a mi cabeza, se me hace casi que imposible
encontrar esa ideal que estamos deseando. Somos seres que están en un constante
cambio permanente, que lo que queremos hoy puede que no lo queramos mañana, aquello
que quisimos ayer lo más seguro es que ya no lo queremos hoy. En lo personal, disfruto
más de un cerebro bien nutrido y alimentado, que de un cuerpo escultural.
Después de todo, con el cerebrito puedo tener las conversaciones más
interesantes del mundo, va a llevarme a un éxtasis de placer intelectual tan
magnifico, porque podre ser el nerdo de siempre preguntando sobre aquello que
no conozco y que me genera curiosidad. Además de que no hay nada más placentero
que ver a una persona hablar de aquello que le apasiona. A diferencia de muchos
que solo nutren su cuerpo y nada más, con sus excepciones. Dijo una grande hace
poco… “mucho gimnasio, pero trabaja el cerebro también” no tengo la más remota
idea de si lo dijo textual o solo estoy parafraseando.
Regresando
un poco a la basura que dije al principio –me regrese a leerlo, porque lo olvide– cuando hablaba del hecho de ya no necesitar la aprobación de otros, más que la
mía. Dios, vaya que tengo razón y debía haber tenido ese pensamiento hace
tantos años y tanto tiempo que, por favor, ya me urgía. Hoy ya no incomoda el
hecho de mencionar cuales son mis intereses y de ser honesto cuando estoy
conociendo una persona, ya no me voy por promesas vacías, ni por palabrería
barata. No negaré el hecho de que los mensajes bonitos, me hacen sentir lindo,
me hacen sentir emocionado y toda esa vaina. Pero ya me baso más en las
acciones y en lo que realmente hace una persona por demostrar que no solo son palabras,
sino que son realidades. Ya no me siento extraño al decirle a una persona que
no me siento bien con cosas o expresiones o defendiendo mis ideales a capa y
espada. Ya he pasado muchas veces por ese tipo de situaciones y realmente estoy
cero interesado en pasarlo nuevamente. No estoy para desgastes mentales ni para
dejar de pensar en todo lo que ya estoy pensando constantemente, como para
matarme la cabeza por pendejadas que no dependen de mí. Sencillo, me siento
tranquilo con quien soy y con el hombre que me he convertido con el paso de los
años, creo y estoy seguro que para las personas que me conocen a través de
muchos años atrás, comparten un poco esa tranquilidad y felicidad que puedo o
no emanar hoy por hoy. Sigo siendo un tonto enamoradizo, pero un tonto mucho
más realista. Todo esto no tiene una finalidad, solo quería expresarme, dejar plasmado
lo que pensaba y siento en este momento. Quizás mañana cambie o reafirme, no
tengo ni la mas puta idea. Pero bueno, aquí vamos, disfrutando este vieje lleno
de depresión y ansiedad, con un cumulo de emociones diario y cansancio
constante. Pero pasándola rico con mis amigos y con todo aquello que viene en
el camino. Vamos a ver en que termina el próximo capitulo de Un Escritor
Roto.