Hay
un elefante en la habitación, no podemos seguirlo negando. Hay un espécimen extraño
en este cuarto que no logro comprender a que vino o qué diablos está haciendo en
mi medio. Estoy navegando en un horizonte desconocido donde temo demasiado
poder ser yo mismo, he cuadrado de tal mecanismo que me atemoriza llegar a
idealizarme en ese lugar donde siempre me he soñado. Estoy en un lugar donde me
oculto de tal manera, que en algún sitio me olvide y nunca llegue a recordar
donde fue que me quede.
Perdón
por haber soñado tan grande y no ser capaz tan siquiera de hacer algo para
cumplir alguno de ellos. Me disculpo con mi yo del pasado por no saber como
llegar a ser aquello que deseo con tal eufemismo. Me disculpo con aquellos que
han creído en mí cuando he tenido esos arranques de amor propio y me he empoderado
de aquello que ya no soy. Perdón madre por no ser aquello que alguna vez soñaste
o esperaste que llegase a ser en mi vida. Soñé muy en grande y me quedo grande
lograr vivir.
No es
una carta de despedida ni mucho menos, no estoy suplicando ayuda o al menos no
de una forma que yo mismo logre comprender… me estoy haciendo un llamado de atención
a ese ser que olvide, para que regrese a ser aquello que siempre quiso. O tan
siquiera lograr fundir nuevos sueños y metas en su futuro. Soy un andante
empedernido de palabras y silencios incomodos en esta habitación que cada día
se hace un poco más pequeña. He apagado mis sueños solo con la firmeza de estar,
ni tan siquiera de vivir; solo de estar.
Soy
un cumulo de emociones constantes donde algunas veces -por no decir que todas-
no comprendo ni tan siquiera la mitad de ellas. Vivo triste todo el tiempo,
aunque particularmente parezca que estoy odiando a todos y que soy feliz. Una ambigüedad
absurda que no comprendo. Me he tildado a mí propio yo de ser un completo imbécil.
Ahora, no estoy enojado o tan siquiera molesto de alguna forma. Me he
salvaguardado en los sueños ajenos y en cumplir aquello que otros quieren.
Pero, ¿Dónde quede yo? Para ser honesto, no tengo la más remota idea a esa
pregunta.
Aquel
elefante que llego y se quedó, que cada día se hace más grande y el dolor más
constante, lo siento en mi propio pecho todo el tiempo. Algunas veces me
cuestiono si realmente soy real o solo soy una maldita mentira que yo mismo me
cree para sentirme bien conmigo mismo. Fingí tanto tiempo ser alguien más, que
ahora se siente tan doloroso ser yo. Se siente tan mal poder convertirme en lo
que realmente soy. Escondí de tantas formas mis emociones y mis sentimientos
para fingir ser aquello que otros esperaban, que en algún momento me quedé sólo,
solo rodeado de pocas cosas que realmente no tienen importancia.
En varias
ocasiones he culpado a otros por mis propios errores, tirándole mierda y basura
a ese padre ausente o a una madre que en algún momento no comprendió yo quien
era en verdad. A ella, no la juzgo. Hoy la entiendo y muy bien. Hago la aclaración,
porque no tengo duda alguna que leerá esto y sentirá un poco de ataque de mi parte
y no es así. No quiero que lo veas de esa forma, eres una heroína en mi vida y
nunca me cansaré de decirlo a ti y al mundo entero. Al imbécil que le quedo
grande decir que tenía un hijo y que lo oculto, pues a la mierda, que se pudra él
y todos los suyos. Aunque gracias amigo, gracias a ti muchas veces no siento ser
merecedor del amor de otros y termino por hacerles daño y me queda grande ser
amado. Este lugar donde estoy ahora es frío y escabroso y le temo seguir
bajando más, que no vuelva a ser capaz de poder subir.
No,
no quiero que esto nuevamente se convierta en una batalla de otros, debo
ponerme los pantalones a la cintura y armarme de valor para volver a buscar
aquello que alguna vez… quiero mirarme a los ojos y no sentir vergüenza alguna
de lo que soy o de lo que he llegado a hacer o ser. Le pido perdón a la vida
por maldecirla de tantas formas que de seguro estoy pagando un karma por ello.
Y aunque digo que ya no tengo sueños, realmente tengo un par aun y solo no sé o
no tengo la más remota idea de como llevarlos a cabo. Tampoco creo tener la fuerza
suficiente para armarme de valor e ir por ellos, de igual manera no sé por donde
comenzar.
He
pasado noches completas donde mi cabeza no se calla y solo hay voces al aire
que no son mías y tampoco sé de quien son. Olvide por un tiempo como es ser una
persona o como ser un humano valeroso para el resto del mundo. Se me ha dicho
en muchas ocasiones que estoy para una misión muy grande y, a decir verdad, ya
no lo creo, es más, nunca lo creí y siempre lo he colocado en duda. Creo que
solo soy un personaje más en la vida de otros, un personaje para llenar el organigrama
y haya algo más que contar, una historia mal contada, sin sentido y sin razón.
En
estos momentos estoy tratando de callar mi mente y de abrir un espacio entre el
elefante y yo, creo que esa gran criatura solo hace referencia a mis miedos más
ocultos y a no ser capaz de afrontarlos. Me estado yendo por la tangente. Perdón
a mi por tratar en tantas ocasiones acabar con todo y por hacerme tanto daño que
me volví un poco inmortal. Aunque, siempre he creído que soy de aquellos que morirá
joven, hoy ya no pienso mucho en morir, más allá que en una broma con mis amigos.
No he sido de aquellos que ha sentido la muerte muy cercana a mí, solo tres
seres han partido. Al menos de aquellos que para mi han marcado un hito de importancia,
bueno han sido cuatro, pero uno de ellos no es que me cayera del todo bien. Pero
fue un buen sujeto, le debo las gracias por muchas cosas y quizás nunca se lo
dije, pero en fin no es importante. Bueno sí lo es, pero no lo haré en este
momento.
Me
enfrasque en medio de amores fallidos y de amigos que nunca fueron amigos, me
enfrasque en que el mundo me viera de alguna manera, solo con la intensión de sentir
que otros posaban su mirada en mí. ¿y si solo soy una tonta mentira? Regreso la
misma pregunta, no sé por qué, pero aquí está la misma una y otra vez. Seguiré
en mi búsqueda de entender lo que soy, seguiré en mi camino de comprender mis
batallas y mis miedos, trataré de enfrentarlos de alguna manera y espero no
dejarme derrotar por ellos -de nuevo- quiero algo grande, pero no tengo la más remota
idea de que es lo que quiero.